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De las palancas al fichaje preventivo

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Desquite. Esta vez, el Barça sí ha podido agarrar un fichaje preventivo, Vitor Roque. Ya saben, ese tipo de contratación que se hace cuando el futbolista aún es insultantemente joven para que más tarde no caiga en las garras de los clubes-estado. En la primavera de 2018, Pep Segura y Òscar Grau, entonces secretario técnico y CEO del club azulgrana respectivamente, viajaron a Brasil para fichar a Rodrygo, que por entonces tenía 17 años. Recelosos de que el Madrid les pudiera ganar la partida como con Vinicius, se sentaron con el jugador, que había sido el más joven con 11 años en firmar un contrato con una marca de material deportivo después de asombrar en un torneo en Nueva York. Lo que no sabían es que el Madrid ya lo había atado. Viendo que la cosa le iba bien al Real con Vini y Rodrygo, el Barça hizo algún otro intento, pero muy extravagante. En 2020 fichó a Gustavo Maia y le puso 300 millones de cláusula. Pero debía haber trampa en algún lado porque el extremo sólo había costado 4,5 millones. La temporada pasada jugó cedido en el Valencia Mestalla.

Diferido. El de Vitor Roque sí ha parecido un buen movimiento del Barça de Laporta, aunque las cantidades no se han aclarado oficialmente. Desde Barcelona se ha deslizado que el precio del traspaso es de 30 millones y que hay 31 más en variables (jugar el 60% de partidos como titular, los títulos; y hasta una por estar entre los tres mejores del FIFA World Player). En Brasil, sin embargo, se da por hecho que el fichaje se ha cerrado por 40+21. También se desconoce quién se hará cargo de los impuestos de la operación de compraventa, que ascienden nada menos que a 13 millones. Tal vez, el día que se presente Vitor Roque se puedan preguntar esos detalles. Pero para eso habrá que esperar un año. Salvo cambio no esperado que abra hueco en el fair play, Tigrinho llegará en el verano de 2024. Así lo anunció el club para cubrirse la espalda por si tampoco pudiese reforzarse en el mercado de invierno. Es curioso que el fichaje que más ilusión ha despertado entre el socio este año del duro traslado a Montjuïc vaya a ser diferido. Pero así está siendo el verano en Barcelona. Después de la revolución de las palancas el año pasado, esta vez el club se está teniendo que someter a la ley natural del mercado. Y en fútbol, al contrario que en la semana fantástica del baloncesto (Parra, Brizuela, Willy), no se mueve casi nada… El Barça se va a Estados Unidos con carpetas pendientes y un Clásico en 15 días en el que siempre, por amistoso que sea, hay que empezar a sacar músculo.