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De la Fuente acertó con el plan B

Nuevo seleccionador y nuevo proyecto con estreno en La Rosaleda, donde fue difícil encontrar entrada porque la ciudad se abrió con entusiasmo a su Selección. El premio a ese respaldo llegó en forma de un resultado bonito, un 3-0 que hablará del buen estreno de esta nueva época, pero que no llega respaldado por un juego a la altura. España hizo un juego soso y cobardica hasta que se fue enmendando con los cambios. Sólo a partir de ellos dejó de cuidar el raquítico 1-0 que consiguió pronto, en el minuto 12′, y apretó para encontrarle compañeros. Y se los encontró vía Joselu, debutante con 32 años corridos, que marcó dos en noche feliz.

Noruega salió empotrada atrás, así que nos vimos ante un partido que pedía un gol rápido para que se abriera. Y lo tuvimos, sin demasiado esfuerzo, en la segunda llegada al área con una jugada larga que acabó en tiro semipifiado de Balde que enmendó Olmo con habilidad. Ya está, pensamos: ahora se moverá Noruega, habrá espacios, veremos un buen partido. En busca de ello, España retrocedió en exceso y encima sin garantizar siquiera seguridad a Kepa, que se vio obligado a intervenciones extremas. Y pocas y débiles salidas, sin rapidez, con Iago Aspas, naufragado en su posición de media punta, y fallón a la hora de cabecear un centro claro de Carvajal.

La cosa se empezó a arreglar con los cambios, gracias sobre todo a Ceballos y Yeremy Pino, comparecidos con evidente vocación de ataque y fácil conexión entre ambos. También Oyarzabal aportó, pero la traca sólo llegó cuando entraron muy al final Fabián y Joselu. Con medio equipo cambiado ya el tono era otro, se había volatilizado el apelmazamiento general para dar paso a un juego más ambicioso y el premio llegó vía Joselu, un delantero irruente y certero que marcó con un cabezazo sabio a centro de Fabián. Y el mismo Joselu completó su felicidad poco más tarde con un gol de oportunista. Y la noche pelmaza terminó en alegría.