De Franco a Francos
De Franco a Francos. La apuesta por la continuidad en el deporte es tan fuerte en el Gobierno que sólo ha añadido una ese. Bromas aparte, Víctor Francos tomó ayer posesión como secretario de Estado para el Deporte en sustitución de José Manuel Franco. El desembarco del nuevo dirigente llega con cierto halo de interinidad por las Elecciones del 23 de julio. Su permanencia dependerá del resultado del sufragio. Esas mismas urnas han acelerado la salida de Franco, que liderará en Madrid la lista del PSOE al Senado. El relevo es una decisión política, un movimiento de peones habitual en época electoral. El cambio, pese a ello, acentúa la sensación de efimeridad del deporte en la era de Pedro Sánchez. En cinco años, desde 2018, se han sucedido cuatro presidentes del CSD: María José Rienda, Irene Lozano, Franco y Francos. Hay cierta contradicción en este hecho, porque no es menos cierto que Sánchez apoya con convicción el deporte, como pueden cerciorar desde las Federaciones o desde el COE.
En este complicado periodo, en el que hubo que regular una pandemia, se han firmado unos presupuestos récord, que ascienden a 381 millones en el presente año, y se ha aprobado por fin la Ley del Deporte, con fuerte contenido social, cuyo desarrollo ahora afronta el riesgo de un frenazo si el Gobierno entrante se tiñe de otro color. Franco ha sido el secretario que más ha durado, dos años y tres meses, y ha salido muy airoso del envite. Su relevo, Francos, no sólo añadirá una ese a su gestión, sino toda su experiencia como mano derecha de Miquel Iceta, después de haberlo sido también de Salvador Illa. Está bregado en la administración, en la fontanería política. Y en el deporte, en concreto, ya ha pisado el barro en algunos de los asuntos más delicados de la legislatura. Puede que dure poco. O puede que no. Pero el cargo no le resulta desconocido.