Cuarta oportunidad para Hazard
Rüdiger en la defensa, Tchouameni en la media… ¿Y en el ataque? En el ataque el refuerzo era Mbappé, cuyo regate final dejó al Madrid tan desairado que sólo la Decimocuarta pudo consolarnos. Era ideal para acentuar el estallido de la culminación de las reformas y más aún como jugador-franquicia para un decenio. Pero dijo no. Detrás de él, ¿quién podría ser? Alguien en el Madrid pensó en Gnabry, que termina en el Bayern en 2023, pero de Mbappé se puede decir lo que dijo el Guerra de sí mismo: “Detrás de mí, ‘naide’; detrás de ‘naide’, ‘el Fuentes”. Y no estaríamos de acuerdo sobre quién ocuparía el lugar de ‘el Fuentes’ en este caso.
Así que las miradas se vuelven ahora hacia Eden Hazard, al que muchos dábamos por amortizado. Me animó y hasta me sorprendió que hace pocas semanas me dijera Valdano que cree que este va a ser su año, por fin. El criterio de Valdano no es cualquier cosa, por cabeza y por nivel de información. Y por lo que veo no solo él piensa así. Digamos que aparte de la lesión, las placas, ya retiradas, y todo eso, en su fracaso ha habido motivos de abandono culposo. Llegó gordo el primer año, estaba entrando en forma cuando se lesionó, volvió gordo el segundo año; el tercero llegó mejor, empezó titular, pero en esas explotó Vinicius y le barrió.
El primer trimestre del curso entrante es muy especial porque en noviembre hay Copa del Mundo. Hazard anda afinándose con esa motivación y seguro que volverá de las vacaciones de punta en blanco. Quizá haya perdido algo de su arrancada eléctrica de antaño, pero fue tan bueno que aún puede ir más allá de lo que hasta ahora han ido Asensio y Rodrygo. Por supuesto, el lado izquierdo es para Vinicius, que ahí es incontenible y en el otro lado pierde, pero ya Ancelotti colocó alguna vez a Hazard a la derecha o por detrás de Benzema, con el que se entendió bien. Nada será como si hubiera venido Mbappé, pero quizá todavía…