Opinión

Cuarenta años sin ganador francés del Tour

Bien por Francia, que nos regala todos los meses de julio esta prueba inventada por un periodista, Henri Desgrange.

(FILES) In this file photo taken on July 1, 1979, French cyclist Bernard Hinault takes part in the 18th stage of the 66th edition of the Tour de France, in the Alps. - Bernard Hinault, the last French winner and one of the legendary champions of the Tour de France, has also experienced setbacks, the most important of which was his secret departure from Pau, on 9 July 1980, due to a recalcitrant knee. (Photo by - / AFP)
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Alfredo Relaño
Actualizado a

Ayer, día de descanso en el Tour, leí que se cumplen exactamente 40 años de la última victoria de un francés, Bernard Hinault. Parece mentira, con el amor que ese país le tiene al ciclismo, particularmente al Tour. Y es admirable que lo siga amando a pesar de eso, que continúe cuidándolo y llenando las cunetas para aplaudir a los corredores. Se diría que hacen una fiesta para otros, entre ellos nosotros, que aunque ahora no andemos bien sí hemos colado en esos 40 años el Tour de Perico Delgado, los cinco de Indurain, el de Óscar Pereiro, los dos de Contador y el de Carlos Sastre. Diez victorias a cargo de cinco campeones.

Bien por Francia, que nos regala todos los meses de julio esta prueba inventada por un periodista, Henri Desgrange, que tiene un merecido monumento en lo alto del Galibier que, lástima, este año no se subirá. También a los franceses les debemos los JJ OO (Pierre de Coubertin), el Mundial de fútbol (Jules Rimet) y la Copa de Europa-Champions (L’Équipe, hijo directo de L’Auto, desde donde Desgrange lanzó el Tour). El deporte moderno lo inventaron los ingleses, pero fueron los franceses quienes supieron darle brillo, dotándole de una internacionalidad y unas liturgias que lo convirtieron, junto al cine, en el suceso del siglo XX.

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El de este año tampoco lo ganará un francés, ni hay esperanza remota de ello. Lo está acaparando el más grande que ha aparecido desde Eddy Merckx, no por nada calificado como ‘El Caníbal’. Igual que éste, Pogacar no programa su carrera en torno al Tour ni administra sus fuerzas para ganarlo con unas cuantas maniobras oportunas. Como Merckx, Pogacar sale a ganarlo todo desde el inicio de la temporada, no ahorra un esfuerzo, busca nuevas etapas vestido de amarillo, aniquila a los rivales sin concesión alguna. En realidad, no corre contra sus contemporáneos: corre contra la historia, y la historia es Eddy Merckx.

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