Con sabor canario
Bravo por el equipo B.- Lo comentaba con énfasis Dani Garrido en El Carrusel antes de arrancar este partido disputado en la guarida del equipo que reinó en Europa en 1992. “Sólo tenemos tres titulares de la final de la Eurocopa de Alemania, pero seguimos jugando muy bien”. Cierto. Mucho mérito de Luis de la Fuente, que ha conseguido que juguemos con una identidad propia, sin alterar el valor del producto que juegue uno u otro. Esta Selección no es una aglutinación de cromos ilustres como era tradicionalmente La Roja. No se trata de llevar a seis del Barça, cinco del Madrid y cuatro del Atleti. Para nada. Aquí todos juegan como un acordeón y no se nota que representan a una docena de equipos. Si en la Euro deslumbramos con dos extremos explosivos (Lamine y Nico Williams), en Dinamarca consumamos un triunfo más jugando por dentro gracias a la calidad infinita y el talento de Dani Olmo y Ayoze, que crearon una sociedad diabólica. No estaba Le Normand, pero Vivian juega al lado de Laporte como si fuese un veterano con 50 internacionalidades. Pedro Porro no es Carvajal, pero juega con el mismo arrojo y entrega que el leganense. Zubimendi (¡recupérate pronto!) no es Rodri, pero ya lo quisiera yo para mi Madrid con la calidad que tiene como eje del equipo. David Raya no es Unai Simón, pero ha abierto el debate para cuando regrese el muro del Athletic. Su paradón en el minuto 94 es de los que catalogan a un portero top. Y así me podría tirar dos horas. Esta España sabe a lo que juega y disfruta en el desempeño. Bastaba con un empate para asegurar el liderato del grupo y el factor campo en el cruce de cuartos, pero salieron como fieras a ganar el partido. El riojano aprieta desde el banquillo y quiere más. Eso dignifica a un equipo campeón que no tiene la barriga llena. Quieren más. Olé por este grupo. Me representan.
Ayoze, espectacular.- Fue la gran sorpresa de la pizarra mágica de Luis de la Fuente. Titular arriba junto a Oyarzabal, pero dejando al guipuzcoano en una banda y al tinerfeño en esa figura de falso nueve que Del Bosque puso de moda con Cesc y Silva. Ayoze deslumbró. El canario tiene apellidos de presidente triunfador (Pérez) y de jugón con mayúsculas (Gutiérrez, ‘Guti’). Tiene 31 años y recalco ese dato porque duele que haya tenido que estar desde los 21 buscándose la vida por los campos de la Premier (Newcastle y Leicester) antes de que el Betis y el Villarreal lo rescatasen para poder disfrutar de él en nuestra Liga todos los fines de semana. Algo parecido a lo sucedido con Dani Olmo, que tuvo que coronarse en la patria de Modric (Dinamo de Zagreb) y en el poderoso Leipzig para que por fin el Barça le captara para el proyecto de Flick. Los dos desarmaron a Dinamarca con unas combinaciones fantásticas. Ayoze colaboró en el 0-1 de Oyarzabal (el héroe de Berlín no descansa) y puso su firma en el 0-2 que decantaba el triunfo ante estos vikingos correosos, pero huérfanos de talento. Ayoze tendrá el premio de jugar el lunes ante Suiza en su tierra natal, Santa Cruz de Tenerife. La afición del ‘Tete’ le recibirá con honores.
La Nations League.- Me encuentro a gente que se empeña en decirme que esta competición no interesa y que vaya rollo los partidos de España. Les invito a que dejen sus prejuicios a un lado y se enteren de qué va esto. Hemos cambiado los amistosos tediosos y recaudatorios por partidos de verdad, con un título en juego (el actual lo defiende España, por cierto). Hay emoción, como quedó claro tras el gol de Isaksen que nos obligó a apretar el trasero en los últimos minutos. En cuartos nos tocará un pez gordo seguro. Y la vuelta en casa con el campo lleno. Yo lo jugaría en Mestalla. TODOS SOMOS VALENCIA.