Chasco para Guardiola en el 101’
Me gusta la Community Shield, me gusta ‘per se’. Me gusta esa liturgia de partido inaugural de las competiciones en Europa, cuya campana mueve Inglaterra con todo el derecho. Campeón de la Premier contra campeón de la FA Cup, los dos ahí, con sus respectivos entrenadores españoles, Guardiola y Arteta, y presentando sus nuevas galas. Aún conviene fijarse en Inglaterra para muchas cosas. Guardiola lo tenía en la mano, ganaba 1-0 en el 101′, pero tras tan desmedido descuento le llegó el empate del Arsenal. Los penaltis dieron luego el título a los viejos ‘gunners’ y Guardiola se lamentó del largo añadido.
Ya cara al Mundial femenino me advirtió Iturralde de la última ocurrencia de la otrora venerable IFAB: ahora se va a descontar el tiempo de las celebraciones de los goles, que se van estirando sin que los árbitros los controlen. Una tasa de tiempo más a añadir a los 90′ reglamentarios, de cuyo cumplimiento cuidaba el árbitro parando y reactivando el reloj cuando lo entendía justo. Pero llegaron los cambios, cada vez más, los cortes por el calor, las caiditas por nada y todos a parar, las admoniciones previas en los córners, las peleas en las barreras, las carreritas del árbitro hacia el banquillo, donde la presencia del cuarto se ha convertido en un inútil factor de irritación.
Muchas fugas de tiempo que nos llevan ahora a neutralizar el ritual de celebración del gol. Recuperar juego real es la consigna de IFAB, pero lleva un decenio largo empastelándolo. No hace ni diez años del descuento de 5′ en Lisboa, que levantó polvareda. Y ya la final de la Community Shield tiene un aumento de 101′. Es lo que nos viene: más añadidos a cuenta de más cortes introducidos y que se harán más largos en tanto en cuanto el Reglamento ya les abre un espacio legitimador. Me desespera y me da por soñar con un ‘batallón de Spengler’ formado por gente como Valdano, Guardiola, Thuram, Scaloni y así para frenar a la IFAB de tanto desvarío.