Cenar antes de comer
Da la sensación de que el Barcelona no se ha sentado a comer y ya está pensando dónde va a ir a cenar. El partido de esta tarde ante el Atlético de Madrid se está tomando como un trámite cuando se trata de un encuentro entre el líder y el tercero de la tabla. La distancia que tiene el Barcelona ha anestesiado a un entorno que ha dejado de hablar del presente para fijarse en cuestiones que de repente se han vuelto trascendentes cuando no son más que debates de futuro.
Ponerse a hablar de la llegada de Messi y en qué posición jugará el curso que viene, dibujar la formación de la plantilla de cara a la próxima campaña valorando bajas y altas, discutir sobre cuestiones históricas con el Real Madrid o de la hora y la posición del sol en los partidos es un síntoma de confianza que puede pagarse sobre el terreno de juego. De puertas adentro del vestuario se repite que LaLiga todavía no está ganada y que hay que seguir centrado. No dudo que en el vestuario del equipo eso sea real, pero va a ser difícil que este paisaje donde se habla de todo menos de fútbol no sea contagioso. Porque si se hablara de fútbol, el Barça debería ser consciente de que necesita mejorar con urgencia respecto a sus últimas actuaciones. Antes de pensar dónde se cenará, se deberían poner los cinco sentidos en saber si hoy se puede comer.