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Ceballos y Asensio rescataron al Madrid

Partidazo en La Cerámica, con un Villarreal imponente en la primera mitad y un Madrid que supo reaccionar en la segunda, hasta dar la vuelta al 2-0 del descanso y elevar al marcador un 2-3 que le mete en cuartos. Una reacción bonita que levantará el ánimo del madridismo pero que al tiempo da pistas a Ancelotti. Hay gente en la plantilla infrautilizada, y no me refiero a los cuatro jugadores-holograma de los que he hablado días atrás. La insistencia en unos pocos lleva implícito el olvido de algunos que están en condiciones de ofrecer mejores servicios. Ceballos, sin ir más lejos. Su entrada ayer fue decisiva. Él sacó al Madrid del hoyo.

Al descanso era difícil dar un duro por el Madrid, con Vinicius bien sujetado por Foyth, Benzema en evidente baja forma, Rodrygo con su conocida falta de espíritu y de ahí para atrás, todo mal, con las honorables excepciones de Nacho y Militao. La media no funcionó, siempre había alguien libre del Villarreal para recibir. El fútbol local fluía, limpio y claro, como un manantial de sierra, desde los pies de Jorgensen. Fútbol bonito, académico, al que le añadía cuerpo Capoue, un jugador completo donde los haya, y que alcanzaba su plenitud cuando la pelota llegaba a Gerard, un delantero de esos que saben frotar la lámpara.

Veíamos al Madrid eliminado cuando Ancelotti reaccionó quitando al espeso Kroos y al pasivo Rodrygo para poner a Ceballos y Asensio, que le metieron al equipo brío. Coincidió con las bajas por lesión de Foyth y Albiol y el Villarreal se afligió de golpe. Con la batuta de Ceballos, bien secundado por Asensio, y con Vinicius liberado de Foyth, el Madrid volteó al marcador. Al Villarreal sólo le animó la entrada del comandante Morales, pero su mejor jugada acabó en un penalti que Gil Manzano mandó al limbo. Justo después llegó el 2-3. Ahí tienen los de Setién motivo razonable de queja, pero lo cierto es que en el segundo tiempo el Madrid mereció la remontada.