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Caso Mbappé: lo urgente es esperar

Pío Cabanillas fue un fuerte ministro de la transición célebre por frases ocurrentes y cínicas. Por ejemplo: “No sabemos quiénes, pero vamos ganando”. O la tremenda “cuerpo a tierra, que vienen los nuestros”. Y esta que parece emparentada directamente con las paradojas de Chesterton: “Lo urgente es esperar”. Me viene al pelo para la actitud del Madrid en esto de si Mbappé ahora o Mbappé dentro de un año. Mientras se avinagra el enfrentamiento entre el jugador y Al Khelaïfi, el Madrid se pone a punto en tierras americanas, encaja a Bellingham, Fran García y alguna pieza más, y las máquinas completan el hipogeo.

El PSG tiene menos motivos para estar tranquilo. Hace un año se comía el mundo con Messi-Neymar-Mbappé tras haberle sacado la lengua al Madrid. El que quisiera podría incluso verlo como un cambio de rey, siempre que ignorara la inconsistencia esencial de ese club. Porque, en efecto, tras otro ‘fiasco Champions’, voló Messi, que les había utilizado como campo de entrenamiento para el Mundial; Neymar se dio otro año de campo y playa y Mbappé ha terminado de comprender que ese no es su sitio, no es su fútbol. El PSG parece hecho para melancólicos incomprendidos, como Asensio o Dembélé, siempre tristes por algo.

Al Khelaïfi está que echa las muelas porque no tiene la iniciativa. Lo más que ha podido hacer es dejar al jugador sin gira, y no parece que eso le haya afectado, visto lo suelto que se le ve en sus imágenes procedentes del Camp des Loges. Su madre hizo tal contrato que esta partida sólo puede ganarla él, empatarla el Madrid y perderla clamorosamente el PSG. El Madrid no tiene que hacer nada, sólo aflojar el plus de fidelidad y esperar a que un buen día, posiblemente muy cerca de fin de mes, mamá Mbappé se le presente en el despacho y le diga que tiene una buena solución para el problema: una oferta del Madrid… que no será baja.