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Asus 30 años, Carlos Henrique Casemiro se encuentra en el esplendor de su carrera. La llegada de Tchouameni (un portento de 22 años que en el futuro será su dignísimo heredero) no ha hecho sino reforzar la voluntad inquebrantable de Case por seguir siendo un referente en este club, fuera y dentro del vestuario. El brasileño es un hombre de principios (y de finales, ha ganado prácticamente todas las que ha jugado de blanco). Acumula en el Madrid 335 partidos, con un promedio por temporada demoledor que demuestra su compromiso y su profesionalidad: 35 encuentros en la 2015-16; 42 en la 2016-17; 48 en la 2017-18; 43 en la 2018-19; 46 en la 2019-20; 46 en la 2020-21; 48 en la 2021-22 y uno en la presente, el del pasado miércoles en Helsinki. En estos años de vino y rosas ha sumado 18 títulos con la camiseta que honra y ama, con una tarjeta que presenta 31 goles y 26 asistencias, la última la que le dio de cabeza a Alaba ante el Eintracht.

El despliegue físico y su inteligencia táctica para ocupar los espacio lo han elevado a esa categoría que define de forma perfecta su apodo futbolístico: ‘Casemito’. El 14 tiene contrato con el Madrid hasta 2025 y, pese a haber aterrizado en la treintena, su cotización en Olocip sigue en una cifra elevada (44 millones). Ancelotti sabe que con Tchouameni tiene un tesoro en sus manos, pero no dará jamás la espalda a Case porque lo ve como el cinturón de seguridad de su coche. Tan necesario como inevitable.