Carvajal saca brillo al escudo

Las peores sensaciones esta temporada del Real Madrid coincidieron con la desgraciada lesión del capitán de la tropa. Su ausencia en el campo y en el día a día del vestuario supuso, para el grupo, una especie de depresión deportiva que ha sido complicada de superar. Hasta ahora. recuperado del mazazo inicial, ver a Carvajal calzándose de nuevo las botas y trabajando en el verde ha sido un subidón para todos en Valdebebas, justo en el tramo de temporada donde están en juego las habichuelas. Carva, con el currículum repleto de trofeos y la cuenta bancaria de ceros, está dando la penúltima lección de lo que significa portar el brazalete de capitán del club más exigente del mundo.

Lejos de pensar en lo peor, desde el primer día se ha puesto manos a la obra para volver cuanto antes a su máximo nivel. Está trabajando como un animal, con la ambición de un recién llegado y la disciplina que ha marcado toda su carrera. Nadie habla de plazos y no hay prisa, pero el Mundial de Clubes asoma en el horizonte como un objetivo posible para volver a sentirse futbolista.

Mientras que su sueño de regresar asoma cada día más, el de Leganés se ha puesto al servicio de Carletto para ser la voz más respetada en el vestuario y evitar que nadie se desenganche en el tramo decisivo del año. El mejor defensa del mundo está afrontando el reto más complicado de su carrera haciendo honor a la máxima principal del Real Madrid: rendirse no está permitido.

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