Carsley y el himno

Tuvo mala suerte Lee Carsley. De todos los partidos posibles en los que podía debutar como seleccionador interino inglés, le tocó en Dublín contra la República de Irlanda. Él, nacido en Inglaterra, habiendo representado a Irlanda como jugador, se enfrentaba a su pasado en un contexto de enemistad histórica entre las dos naciones. No cantó el God save the King y algunos periódicos ingleses han pedido su fulminante destitución. Un nacionalismo mal entendido, el que sólo se preocupa de las sensibilidades propias y desprecia las ajenas, originó una tormenta de críticas. De poco le sirvió a Carsley explicar que nunca ha cantado ningún himno: ni cuando jugaba para Irlanda ni cuando entrenaba a las selecciones inferiores inglesas. Para los patriotas exaltados fue un traidor. En realidad, fue un valiente: sabiendo la que le iba a caer decidió actuar como había hecho durante toda su vida. No modificó su conducta para ganar puntos en su objetivo de que le acaben dando el cargo de forma permanente. No se entregó a aquellos que creen que en el fútbol de selecciones hay que demostrar un sentimiento nacional inquebrantable. Fue un profesional e hizo bien su trabajo: ganó por 0-2.

Poco se habla de las innovaciones futbolísticas que introdujo el ex jugador del Everton, que el año pasado logró liderar a la Sub-21 hacia el campeonato de Europa y consiguió así su primer gran éxito como entrenador. En Dublín devolvió a Alexander-Arnold al lateral derecho, ubicó a un zurdo (Colwill) en el izquierdo y situó a Grealish por dentro como en sus mejores tiempos del Aston Villa. Esto último, claro está, lo pudo hacer porque Bellingham estaba lesionado y quedaba libre la posición del media punta. Es evidente que en esta Nations League en la que Inglaterra está en la segunda división todos los rivales serán sensiblemente inferiores, pero tiene que ser por lo que ocurra en el terreno de juego por lo que Carsley tiene que demostrar si puede hacerse con el puesto o no. Y no por si canta o deja de cantar un himno cuando nunca lo ha hecho.

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