Carreras seduce a todos
En defensa no escatima un esfuerzo, tiene instinto de anticipación y apoya muy bien a los centrales.
Sin ruido, sin estridencias y sin pausa, han bastado cinco partidos para que Álvaro Carreras haya convencido a todos de lo acertado de su fichaje. La firme postura del Benfica exigiendo el pago completo de la cláusula (50 millonazos) para permitir su salida es ahora más comprensible comprobando el desenvolvimiento del futbolista. Los portugueses sabían de su capacidad y rápida adaptación, que en temporada y media le llevaron a jugar 68 partidos con los lisboetas, siendo titular desde el principio a pesar de su juventud. Era una apuesta segura y había que pagar por ella.
Álvaro Carreras se ha metido como fijo en el once de Xabi Alonso sin dar lugar a la más mínima duda. Su disposición en el campo, su planta subiendo por la banda, su control de balón, su capacidad de asociación y su verticalidad han llamado la atención desde el primer día. Ni Mendy ni Fran García le daban al equipo el aire que le da el gallego por la izquierda.
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En defensa no escatima un esfuerzo, tiene instinto de anticipación y apoya muy bien a los centrales. Es despierto en las coberturas y siempre está atento. El balón que saca de manera acrobática ante Osasuna lo había dado todo el mundo por gol menos él. En ataque vuela una y otra vez hacia el área, buscando tanto la jugada colectiva como la individual. A veces, incluso, parece que Vinicius le corta el vuelo deteniendo la jugada o tapándole el pasillo para llegar a la línea de fondo. Cuando llega al centro, levanta la cabeza y elige siempre el mejor pase. Y todo esto sin alharacas ni tonterías. Perfecto para la Selección.
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