Carrasco, un artista con mono de trabajo y botas de Swarovski

Sigue el Atlético pisando el acelerador en el mes de mayo. Los del Cholo de nuevo, esta vez ante el Cádiz, mantuvieron un ritmo altísimo de partido y pasaron por encima del rival. Y no solo en intensidad, también en vistosidad, los rojiblancos exhibieron un fútbol virtuoso que hace de ir al Metropolitano una de las actividades más entretenidas de Madrid. El equipo está disfrutón en todo lo que hace, no solo con el balón, también sin él, un ejemplo claro que el lema innegociable de Simeone de ‘uno para todos y todos para uno’ sigue latente en ese vestuario.

Otro ejemplo que ya destacó el míster en rueda de prensa es la labor de los carrileros. El otro día me paré en Nahuel, ahora lo quiero hacer en la persona de Carrasco. Porque en el caso del argentino se pueden entender mejor el tema de la concentración, la solidaridad defensiva, medirse en duelo con el rival, porque son características de un defensor. Pero que todo eso lo haga un artista como Yannick me parece un auténtico milagro, porque a día de hoy las exigencias a un carrilero son casi sobrehumanas, que si baja, sube, roba, regatea, centra, marca, que no te cojan la espalda… En fin, algo que me hubiese costado trabajo encontrar en el libro de instrucciones de Carrasco.

Pues nada, el belga, después de un primer tramo mohíno y arisco (dicen que por motivos de promesa incumplida de renovación), lleva dos meses homenajeando la labor del carrilero, sumando ese desborde, creatividad y gol, que lo han convertido en un artista con mono de trabajo y botas de Swarovski. Qué no vería el Cholo que siguió insistiendo en él para que se reincorporara al pelotón rojiblanco.

A Griezmann, esta vez, he de decirte que me obligaste a comprarme un libro de sinónimos porque contigo, Antoine, esta temporada se me están acabando los adjetivos, megacrack.