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Camavinga y Ceballos aprietan a Ancelotti

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El Madrid se quitó de en medio al Elche tan fácil como se sospechaba. Lo necesitaba ante lo que está por venir y por lo que puede pasar. Ante un rival de maneras vistosas con el balón pero invisible atrás, el equipo de Ancelotti se gustó y tuvo pasajes de extraordinaria lucidez. Fue un juego coral y dinámico que implicó a todos y cada uno de los jugadores. Salieron muy bien parados en la foto Camavinga y Ceballos, cuya titularidad seguramente signifique su suplencia más adelante, pero por ellos no quedará nada según parece. Cerca el uno del otro, intercambiando incluso sus posiciones en distintas jugadas, asumieron de buena gana la elaboración, apretaron con energía y no se ahorraron ningún gramo de esfuerzo sin ningún tipo de carga demagógica. Jugaron con la tensión que todo encuentro merece sin importarle la entidad del rival.

La medular fue de ellos, pues Valverde se abría a la derecha para dejar a Asensio en zonas más interiores como enganche. De esta forma, el buen fútbol blanco resultó consecuencia de su liderazgo y ritmo, que conectaron con el propio Asensio, Benzema y Rodrygo. Aunque en todo plan siempre hay alguna falla. A Camavinga y Ceballos les sobró alguna conducción de más y un mejor acoplamiento defensivo en las transiciones del Elche. A veces no se colocan del todo bien. Pero su faena no quedó deslucida por ello. Incluso Camavinga procedió con el mismo énfasis cuando modificó su posición con los cambios de Ancelotti. Con su vigencia física, el Madrid siguió atacando de forma desaforada y recuperó terreno antes de una serie de partidos de aúpa. Posiblemente, Ceballos y Camavinga no partan como titulares, por ejemplo, en Anfield, pero las trazas de su fútbol deben hacer, como mínimo, dudar a Ancelotti.

Un desajuste evitable

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Ceballos sale a la banda cuando no debe porque estaban Carvajal y Valverde, mientras Camavinga pierde la referencia central y favorece la opción de centro de Fidel. Ocasión clara para los de Machín por el desarreglo blanco.