Buscando el once preferido de Ancelotti
Ahora que hay tantos partidos y tantos cambios ya no existen los equipos de once, como tiempo atrás, cuando recitábamos alineaciones inmutables. Tiempos de once titulares y otros tantos suplentes que entraban a cubrir ausencias y salían cuando el titular estaba en condiciones de volver. Hoy los equipos son de dieciséis o más, con unos cuantos ‘titularísimos’, un macizo de la plantilla de importancia muy pareja y un ‘carrito del pescado’ muy disminuido. Por ejemplo, ¿quién se atreve a decir cuál es el once de Ancelotti este año? Desde luego, Bellingham es fijo, pero ¿lo es Rodrygo? Rüdiger es fijo, pero ¿quién es el lateral izquierdo? ¿Y los tres medios?
Ancelotti maneja un grupo largo de jugadores que se reparten minutos en ese sucederse vertiginoso de partidos, pero hay días normales y días extra. El de Montilivi era extra, o casi: el Madrid visitaba al líder. Era el Girona, pero era el líder. Y allí Ancelotti tiró de Camavinga para el lateral izquierdo a costa de Mendy y Fran García, colocó a Joselu y no a Rodrygo para acompañar a Vinicius y en la media jugó Kroos, pero no Modric. Ni un minuto. Ya era de suponer que Kroos y Modric no jugarían juntos apenas. Metidos en una edad, partidos de ritmo alto les podían achicharrar. Se puede salvar la ciencia de uno, pero juntar los dos sería un riesgo.
Así que en Montilivi vimos a Ancelotti tomar tres decisiones peliagudas: Camavinga de lateral, Modric no, Joselu por delante de Rodrygo. ¿Un partido para definir jerarquías? Posiblemente, pero eso lo tendremos que confirmar hoy, en un choque de más compromiso todavía. Es la salida fuerte del grupo de Champions. Es San Paolo, donde un ambiente volcánico empujará a los napolitanos. No es día para esconder ninguna carta, de modo que sabremos de una vez cuál es la escala de jerarquías de Ancelotti, bajas aparte, línea por línea. Luego, claro, habrá cambios, pero los once que salgan primero se sentirán los más importantes.