Buscamos españoles desesperadamente

‘Buscamos franceses desesperadamente’, fue el llamativo titular de un editorial de L’Équipe en vísperas del Tour de 2005. Aquel año, España presentó más corredores que Francia: 37 contra 31. No era la primera vez que ocurría en el siglo XXI, ni tampoco la última. El pelotón español ya había superado al francés en 2003, en una fecha tan señalada como el Tour del Centenario, para mayor escozor del anfitrión, con 43 frente a 39. Y lo volvió a hacer en 2007, con 41 ante 36. Eran otros tiempos. El ciclismo nacional viajaba al país vecino con tres o cuatro equipos, con corredores distribuidos internacionalmente como líderes o como gregarios, y con un alto nivel de resultados. El último año mencionado hubo seis españoles en el top-10, entre ellos el dueño del maillot amarillo: Alberto Contador.

Frente a aquellas ediciones de bonanza, el deporte español iniciará este viernes el Tour en Copenhague con sólo nueve representantes, de los cuales cinco pertenecen al único equipo de la misma nacionalidad, el Movistar, y sólo uno acude con verdaderas ambiciones individuales de luchar por la general: Enric Mas. El balear fue sexto en 2021 y quinto en 2020, lo que le sitúa entre los candidatos al podio. La participación es la menor de los últimos 50 años, en concreto desde 1972, medio siglo de protagonismo en la Grande Boucle que decae en paralelo al rendimiento. El último ganador de una etapa fue Omar Fraile en Menté en 2018. El último podio: Alejandro Valverde en 2015. El año pasado, ningún español ganó una etapa en las tres grandes. Las crisis es evidente, a la espera de la eclosión de los nuevos valores. Carlos Rodríguez, por ejemplo, podría haber estado perfectamente en la salida. Hoy, como en su día L’Équipe, podríamos titular así: ‘Buscamos españoles desesperadamente’. Mientras llegan, habrá que conformarse con disfrutar del fenómeno de la época, Tadej Pogacar.