Attaoui descodifica el cubo de Rubik

Las carreras de 800 de alto nivel son una especie de cubo de Rubik. Para descodificarlas y salir triunfal hacen falta muchas aptitudes, pero también tener la habilidad suficiente para no caer en las trampas de las dos vueltas a la pista. Mohamed Attaoui supo alinear todos los colores del cubo en la semifinal mundial de Tokio. Tuvo una buena colocación, se libró de altercados y a falta de 200 metros hizo un “cambio a fuego” sin mirar atrás. Su sello personal. Una demostración de un estado de forma mágico. Ganó la ronda (1:43.18) ante el ‘coco’ Wanyonyi y presentó su candidatura al podio en la final (sábado,15:22 horas).

Al terminar la carrera, Attaoui descalentó cinco minutos y se puso directamente a entrenar. Algo inconcebible tiempo atrás. Tres cambios de tres minutos, a ritmo umbral. Es parte del programa de su técnico Thomas Dreissigacker, el alemán del equipo ON, que fichó al de Torrelavega hace dos años. Attaoui entró en ese momento en una estructura profesionalizada, con base en Sankt Moritz (Suiza). Allí aplican los últimos métodos de entrenamiento y se crean ‘supergrupos’ de élite multidisciplinares (fisio, nutricionista, biomecánicos y varios técnicos), que han optimizado a Attaoui al máximo. Trabajo de umbral e intensidad controlada.

Moha se ha convertido en un atleta ultracompetitivo a los 23 años, la edad perfecta para correr 800. Es capaz de ganar en la Diamond League de París y corre asiduamente en 1:42-1:43, el crono que se maneja para estar siempre con los mejores del planeta (1:42.04 es su récord de España). Ha corregido errores tácticos (de precipitación y toma de decisiones erráticas) y ha potenciado su ‘latigazo’ hasta convertirlo en uno de los más temidos del circuito mundial.

Sedjati, Arop y Wanyonyi, los enemigos

El sábado se enfrentará a un nuevo cubo de Rubik, este el más complicado de su vida. Habrá colosos, como Wanyonyi, Arop y Sedjati, tratando de poner en orden los colores. El irlandés McPhillips y el inglés Burgin buscarán el factor sorpresa. Y Attaoui tendrá que ahorrar en energías, esquivar las escaramuzas y llegar bien colocado para maximizar su tremendo final en la recta. Es el plan, ejecutarlo es otra historia.

Es Attaoui la opción de medalla más firme de España en la pista, aunque quedan otras dos buenas oportunidades en los 20 kilómetros marcha. El descarado Paul McGrath y María Pérez, que aspira a un histórico ‘doble-doble oro’. Ha llegado la hora del “cambio a fuego” para España.

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