Atrápame si puedes
Don Fútbol es como la sombra de Peter Pan: creemos conocerlo, pero se escapa

A veces creemos que el fútbol ya no nos puede sorprender. Que lo tenemos domesticado, desmenuzado en datos, algoritmos, mapas de calor y ojeadores que encuentran al próximo fenómeno en un campo de tierra de Pernambuco. Que es como ese lobo que un día se acercó al fuego y acabó convertido en el perro que hoy día conocemos: obediente, leal, con chip y collar. Y entonces, claro, pasa lo que pasa.
El próximo Balón de Oro lo ganará un jugador al que cambiaron antes del descanso en la final de un Mundial por pura incompetencia y que este mismo año estuvo apartado de su equipo. El Chelsea más descerebrado y autodestructivo de las últimas décadas ha terminado ganando la Conference y el Mundial de Clubes. No sabemos todavía si Mbappé ha empeorado al Madrid y mejorado al PSG simultáneamente mientras ganaba la Bota de Oro. Un Barça que parecía tocado y hundido ha hecho su mejor fútbol en años con un entrenador alemán que venía del paro y traía cero gramos de esa entelequia llamada ADN Barça. Lo de Raphinha, en general.
Isco volvió a la Selección tras una travesía por el desierto. Morata podría terminar el año habiendo vestido cuatro camisetas distintas, en un homenaje tácito al desarraigo. Un doble toque en un penalti nos recordó que el sutil aleteo de una mariposa puede llegar a desatar un huracán. Cole Palmer es caribeño, y esto siempre me seguirá sorprendiendo da igual las veces que lo lea. Declan Rice ejecutó al Madrid con dos goles perfectos de falta en 10 minutos y nunca más supimos de él en este sentido. Nico Williams sorprendió a propios y extraños renovando diez temporadas. Cazorla con 40 años ha ascendido al Oviedo y puede que esto sea lo que más sentido tenga de todo lo mencionado. A veces uno piensa que entiende algo de este deporte y que ya lo ha visto todo. Y luego Don Fútbol nos da una palmadita irónica en la espalda, recordándonos que no sabemos nada. Que no importan tanto el big data, ni las estadísticas, ni los planes maestros. El fútbol siempre se reserva un truco final.
Don Fútbol es como la sombra de Peter Pan: creemos conocerlo porque crecimos a su lado, pero se escapa, se escurre, se burla de nosotros. Tal vez por eso decimos que los mejores jugadores son los que la llevan cosida al pie, como Peter Pan intentaba hacer con su sombra, atándola al talón.
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Y cuando crees que ya lo tienes controlado, te sonríe socarrón, como DiCaprio en Atrápame si puedes, antes de hacerse humo por la puerta de atrás. El fútbol no se acaba nunca. Qué agotador puede ser. Qué ganas de que empiece mañana mismo.
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