Ataque de calidad y defensa coladero
Título mundial para el Real Madrid, como no podía ser menos, porque la Champions que te trae hasta aquí te coloca en posición de claro favorito. Es difícil, en estos años en los que Europa se ha convertido en una aspiradora que absorbe a los mejores jugadores de cualquier continente, que el campeón de otra confederación le arrebate el título al de Europa. Y menos si se queda en el camino el campeón de la CONMEBOL, en este caso el Flamengo, que se vio sorprendido en la semifinal por este Al Hilal, un poco colado en la competición como campeón de Asia de 2021, pues la Champions asiática de 2022 anda retrasada por el Mundial mayor.
Ancelotti tiró de los treintañeros para este compromiso, con Modric y Kroos protegiendo en la media a Tchouameni, Benzema arriba y Carvajal en su puesto. Se trataba de asegurar el título pronto y casi lo consigue, porque enseguida la cosa estaba 2-0, vía Vinicius y Valverde. Pero de inmediato íbamos a descubrir que el argumento del partido era otro: cada vez que el Madrid se escapaba, el Al Hilal hacía la goma ayudado por unas lagunas defensivas clamorosas. El gran boquete estaba a la izquierda de Alaba y la espalda de Camavinga, por donde pronto se coló el veloz y tremendo Marega para hacer el 2-1 y mantener vivo el partido.
Partido bonito, abierto, con muchos goles, de los que no gustan a los entrenadores pero sí al público. Fue un gusto ver a Vinicius, autor de dos goles y del pase perfecto en el de Benzema, jugar libre de la apestosa atmósfera de escrache que va encontrando cada vez más por España. Él fue, como siempre, la gran baza de la ofensiva del Madrid, cuyo estupendo desempeño contrastó con el de la defensa, un perfecto coladero. Alaba está desconocido y a Rüdiger empezamos ya a conocerle, así que echamos mucho de menos a Militao, cuyo mejor compañero de línea ya muchos piensan que es Nacho. En fin, título a la buchaca y el Liverpool en el horizonte.