Asoma la próxima dinastía del Real Madrid
El Madrid comenzó la temporada donde la dejó, con la Supercopa de Europa como primer título en un calendario que se presume lleno de éxitos, expectativas más razonables que nunca. El ingreso de Mbappé añade al mejor jugador del planeta en una delantera que es la envidia del fútbol: Vinicius, Bellingham (20 goles en la pasada edición de la Liga), Rodrygo, Endrick, Brahim y Arda Güler, que en el futuro quizá se transforme en un centrocampista de cuerpo entero, pero mientras tanto destaca por su relación con el gol y su finura para dibujar. ¿Edad media? 22,1 años. ¿Delantero de mayor edad? Mbappé, con 25.
Los nombres y los datos que los acompañan pueden interpretarse como el anuncio de la mejor dinastía que el fútbol puede ver en los próximos años, precedida por una época extraordinaria del equipo, ganador de seis Copas de Europa en los últimos diez años, un proceso de victorias sin comparación en el panorama del fútbol, sostenido por unas brillantes transiciones generacionales. Cerraron sus ciclos Xabi Alonso y Casillas, después Cristiano, el tótem que se antojaba irremplazable, Bale, Sergio Ramos, Marcelo y Casemiro, y en los dos últimos años Benzema y Kroos. Es una nómina que impresiona y, sin embargo, ha sido sustituida por una nueva versión que proyecta otro festival de grandes éxitos.
Previo al partido, el foco se proyectaba sobre Mbappé, el jugador más cotizado del mundo, y esa condición que trasciende lo futbolístico también figuró entre las principales razones que empujaron durante años a su fichaje, finalmente concretado este año. Con Mbappé en el equipo, el Real Madrid agrega un poder devastador en el campo y aumenta la distancia sobre los demás clubes en los asuntos del prestigio mercantil y publicitario. El Madrid es la marca por excelencia del fútbol.
Mbappé salió del partido con un gol en la faltriquera y la sensación de divertirse con unos delanteros que deseaban divertirlo. Todo bien, entonces. En el Madrid nunca han faltado guerras de egos. Aún se recuerdan las reclamaciones de Hugo Sánchez frente a Míchel, Butragueño y compañía, y de eso han pasado 40 años. Es un club que fomenta la competencia, pero teme el efecto nocivo de las vanidades mal entendidas. En este capítulo de las relaciones, el Real Madrid ha establecido una eficaz pax romana en sus filas.
No se escuchan quejas, no se producen encontronazos, cada jugador conoce su posición en la escala y, si pretende progresar tendrá que lograrlo a través de la producción, no de pucheros y declaraciones. Ayudan el carácter y la inteligencia de Ancelotti, que a estas alturas de su distinguida carrera funciona como un prestidigitador de egos, trabajo impagable en un equipo que reúne a la mayor alfombra roja de celebridades que el fútbol pueda imaginar.
Se divirtió Mbappé y dejó satisfecho al personal. Marcó el segundo gol de un buen partido, frente a un competente rival. El Atalanta es el orgullo de Bérgamo, pequeña ciudad al norte de Milán que atravesó tiempos terribles en la pandemia de COVID-19 (fue la región de Europa más castigada por el virus) a la vez que su equipo vivía los mejores años de su historia. Semifinalista de la Liga de Campeones en 2020, campeón de la Europa League en 2024, el Atalanta es especialmente atractivo por su desinhibición, su mentalidad atacante y el desconcierto que provoca su sistema defensivo: un incandescente uno contra uno por todo el campo, método que tantos criticaron cuando Marcelo Bielsa dirigía al Athletic y que anticipó una corriente cada vez más caudalosa en Europa.
Del partido se concluyó que será casi imposible que el Real Madrid se vaya sin marcar al menos un gol por partido. Quienes pretendan ganarle tendrán que marcar dos, probablemente tres, como mínimo. Su potencia de fuego no admite rival. Por lo demás, lo de siempre: Vinicius es imparable, Bellingham mejora por mucho sus prestaciones de la selección inglesa y Fede Valverde lleva al equipo al galope. Y lo de casi siempre en el capítulo defensivo: Courtois volvió a evitar que el Atalanta se adelantase con una parada asombrosa y el equipo italiano rondó el área con más frecuencia de lo conveniente para el Real Madrid.