Asedio sin premio

La Batalla de Belgrado

A los críos de mi generación no se nos olvida la odisea que vivió (sufrió) España en Belgrado hace casi medio siglo. El 30 de noviembre de 1977 un servidor tenía 12 añitos. Nos jugábamos ante la extinta Yugoslavia la clasificación para el Mundial de Argentina 78. Para nuestra Selección suponía un hito histórico si alcanzábamos el objetivo porque nos habíamos quedado fuera de los Mundiales de 1970 y 1974, así como de las Eurocopas del 72 y el 76. Nos bastaba con empatar ante los balcánicos en el Pequeño Maracaná, abarrotado por 100.000 hinchas, la mayoría en estado ebrio. El Mariscal Tito les había dado dos días de fiesta para asegurarse un ambiente fuerte contra los nuestros. Al minuto 4 cazaron a mi Pirri y le reventaron el tobillo. Así se pasaron todo el partido, pese a tener jugadores de la talla de Surjak, Susic y Kustudic. La Furia Roja pudo con todo. Los niños de la piel de toro (también a nosotros nos dieron día libre en el cole) nos enganchamos con el coraje de aquel equipo formado por Miguel Ángel; Marcelino, Migueli, Pirri (Olmo), Camacho; San José, Asensi, Leal, Cardeñosa; Juanito (Dani) y Rubén Cano. Con 0-0 el añorado Miguel Ángel salvó dos goles hechos con sus vuelos felinos. Y a 20 minutos del final llegó la magia con el inolvidable gol de Rubén Cano, tras jugada trenzada de Juanito y Cardeñosa. Cuando cambiaron a Juanito, el malagueño, harto de patadas e insultos, les hizo un gesto con el pulgar hacia abajo y casi lo matan de un botellazo (de vidrio) en la cabeza. Pero sobrevivió y España regresó con la misión cumplida. Imposible olvidar aquella ‘Batalla de Belgrado’.

El muro serbio

47 años después regresamos al lugar de los hechos, pero muchas cosas cambiaron. Para empezar, Yugoslavia ya no existe y Belgrado es la capital de Serbia. En el Pequeño Maracaná no había ni 30.000 y aparentemente la mayoría estaban sobrios. España es ahora una potencia mundial del fútbol y acudió como vigente campeona de la Eurocopa tras arrasar en Alemania ganando los siete partidos disputados. Al contrario, Serbia se presentaba en mitad de un polvorín porque además de las bajas de tronío (Mitrovic, Vlahovic, Milinkovic-Savic...) se unen las críticas desaforadas contra su seleccionador, Dragan Stojkovic, que sorprendentemente ha sobrevivido en el cargo pese a los fracasos de Serbia en el último Mundial y en la última Eurocopa. Pero Stojkovic ya nos amargó el Mundial de Italia 90 con un gol a la España de La Quinta del Buitre y, por lo tanto, volvimos a ser su bálsamo. Planteó un muro con el exmallorquinista Rajkovic como última barrera y no hubo manera de penetrarlo...

Capitán Carvajal

Muchos amigos míos, que no son precisamente madridistas, me reconocieron este verano que les había impresionado la Eurocopa que había hecho Carvajal con España en tierras germanas: “Increíble el compromiso y el orgullo competitivo de Dani defendiendo la camiseta de España. Roncero, aunque sea un vikingo nos representa por completo”. Este jabato nacido en Leganés hace 32 años celebró su década con la Selección (debutó el 4 de septiembre de 2014) con su partido número 50 que, además, coincide con su primera capitanía como titular. Al igual que le sucede con el Real Madrid, el brazalete de capitán no puede estar en mejores brazos. Qué grande eres, Carva.

Fe total

Pero que nadie se baje del barco por un empate que no hizo justicia con los nuestros. Esta España nos va a seguir dando muchas alegrías y hay que entender que los rivales nos esperan encerrados por el pánico que nos tienen. Seguro que este domingo en Ginebra, ante Suiza, volveremos a disfrutar del dulce sabor de la victoria.

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