Aquella vaselina de Maradona

En nuestra añorada época de ‘levantarecopas’, cuando la Copa de Europa la jugaban de vez en cuando la Real Sociedad, el Athletic y siempre el Real Madrid, de Belgrado nos llegó una postal que nos levantó el ánimo. No sirvió para mucho porque ese año no llegaríamos a la final, pero un gol de Maradona desde fuera del área, con la vaselina más perfecta y vertical que se haya hecho o se vaya a hacer nunca, provocó una euforia desatada. ‘Aquest any sí’ vino a decir Mercedes Milà desde Esplugues de Llobregat para toda España cuando entrevistó a un Maradona sonriente y confiado, como cuando nos decía ‘nos vemos en Mcdonalds’. Pero pasó lo de siempre, o por lo menos lo que por entonces siempre nos pasaba. Luego llegaría la hepatitis (o lo que fuese) y los clavos de aluminio de Goikoetxea en el tobillo del Pelusa.

Hoy de nuevo se nos cruza el mítico Estrella Roja en el camino, uno de esos nombres y escenarios que nos devuelven al fútbol de toda la vida, sin plastificar, aunque ahora los balcánicos estén lejos de aspirar siquiera a pasar de ronda.

Aún no han sumado ni una victoria y al Barça le falta estrenarse fuera de casa para encarrilar el asalto a la zona de privilegio. No se fíen. Jugar allí siempre obliga a tentarse la ropa en el túnel de vestuarios. Casi mejor dejar las vaselinas para otro día.

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