Aquel blocaje inverosímil de Miguel Ángel
El fallecimiento de Miguel Ángel, víctima de la cruel ELA, ha puesto en circulación por las redes su parada más célebre, aquella al disparo a bocajarro del austriaco Kreuz en el Mundial de Argentina. La tengo por la mejor que he visto en mi vida tras la de Banks al cabezazo de Pelé en México 70, que quizá tiendo a poner por delante por la categoría del partido, que enfrentó a la campeona vigente, Inglaterra, con la que lo sería inminentemente, Brasil. Y por los protagonistas de la jugada, Jairzinho, que se escapó y centró, Pelé, que percutió su poderoso cabezazo, y Banks, con su parada imposible. Los tres enriquecen con sus nombres aquella jugada.
Las dos son fácilmente recuperables hoy en Google, y animo a hacerlo a quien no las recuerde. Pero no es mi intención aquí compararlas ni negar que haya alguna o quizá unas cuantas a su altura, sino hacer hincapié en el blocaje de Miguel Ángel, que se queda con la pelota atrapada. Parece inverosímil, dada la velocidad a que le llegó, y la proximidad del disparo. Él mismo me dijo, y se aprecia en la imagen, que cuando alcanzó el balón en el aire la energía cinética del mismo le arrastró por un instante. Verlo me ha recordado la importancia que se daba al blocaje tiempo atrás, algo que se ha ido perdiendo con el tiempo.
En aquello se insistía mucho en los entrenamientos. Hoy tienen prioridad el juego con los pies y también el mano a mano, que ha mejorado mucho. Y como los balones, más reactivos, hacen a veces extraños, los porteros han empezado a desconfiar y prefieren rechazarlo. En otro tiempo se valoraba mucho al portero que se quedara el balón y no daba ocasión a un nuevo remate. El tiempo cambia las cosas, pero en ocasiones veo un miedo excesivo a intentar el blocaje, veo muchos balones rechazados al buen tun-tún, a lo que salga y pienso que algo valioso se ha perdido. Por eso me ha encantado recordar aquel blocaje impecable del gran Miguel Ángel.