Ancelotti se enfrenta a una paradoja
Hay virtudes tangibles, a las que los números dan certezas, pero hay otras cualidades difíciles de cuantificar. Es complicado recordar un equipo que se sobreponga al sufrimiento como hace este Madrid, que sea capaz de imponerse en noches delicadas. El Espanyol le puso en jaque, pero supo reencontrarse. Lo certificó Benzema, muy lejos de su plenitud futbolística, en un partido de extremos. Diego Martínez planteó un bloque medio que pretendía evitar las transiciones del Madrid y, en cambio, su equipo se partió tras el empate viendo que podía morder de verdad al campeón bajo la batuta de Darder, el trabajo incansable de Rubén Sánchez y los milagros cotidianos de Joselu. Pero hasta eso le sale bien a los de Ancelotti, que equivocan a sus rivales con una supuesta debilidad que al final no se traslada al marcador. Cuando el guion enloquece, el Madrid siempre gana.
Al margen del resultado, la victoria en Cornellá deja una lectura que le corresponde a Ancelotti hacer. El técnico italiano alineó a Alaba (lateral), Kroos (interior) y Vinicius (extremo) en el perfil izquierdo. Seguramente sea el triángulo más ofensivo que puede colocar en ese sector del campo. Como la lógica bendice, el Madrid jugó con más naturalidad y llevó más peligro en ataque con los tres. Kroos asumió la dirección, Alaba se metió por dentro (al igual que hace Mendy, pero con mejor pie) y Vinicius siempre tuvo una línea de pase abierta para recibir con comodidad. El Madrid generó mas superioridades y dio todavía más libertad a Vinicius de la que acostumbra a tener. El problema vino en el otro lado del campo. A nivel defensivo, se vieron costuras inéditas. Alaba estaba perdido, Kroos descubrió su espalda y Vinicius apenas colaboró en las coberturas. El triángulo más creativo del Madrid en la zona izquierda también tiene sus contraindicaciones. Una paradoja a la que Ancelotti se enfrentará en próximos capítulos. Mientras le toca seguir celebrando victorias.
Error en cadena
Debilidad en el sector izquierdo del Madrid. Vinicius no baja, Kroos defiende la zona y Alaba no cierra. Tchouameni se ve arrastrado hacia fuera y Óscar Gil aparece solo en el medio. El origen del 1-1.