OPINIÓN

Ancelotti pone en pie a los entrenadores

Y no sólo porque van a cobrar más tarde, sino porque de este modo es más sencillo despedirles.

LAS ROZAS (MADRID), 14/11/2023.- Los técnicos del Real Madrid, el italiano Carlo Ancelotti (c), el del Alavés, Luis García (d) y de Osasuna, Jagoba Arrasate, durante la reunión que han mantenido hoy martes entrenadores de primera y segunda división con el colectivo arbitral y el presidente del Comité Técnico de Arbitros (CTA), Luis Medina Cantalejo, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, en Madrid. EFE / RFEF / Manu Reino. ***SOLO USO EDITORIAL / SOLO USO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA/ (CRÉDITO OBLIGATORIO)***.
Manu Reino
Alfredo Relaño
Actualizado a

El trabajo del entrenador es difícil. La vida le sitúa a un lado de una raya imaginaria; al otro lado están el presidente, los directivos, los jugadores, la afición, la prensa, el cuarto árbitro y hasta su propia familia, que soporta mal la vida saltimbanqui y que cuando van mal dadas ve cómo a los hijos les increpan en el colegio. Quizá exagero, pero no es cosa mía: se lo escuché así a Di Stéfano. Para él, todo entrenador era un ser errante, expulsado de ese paraíso que es la vida de jugador y que, incapaz de respirar fuera del fútbol, se agarra a eso. En definitiva, ‘futbolheridos’ que no sabrían vivir sin su droga. Y nunca ganan. Ganan los futbolistas. Ellos sólo pierden.

Al menos está bien pagado, aunque en muchas plantillas hay jugadores que cobran más que el entrenador, cosa que coloca a cualquier jefe en posición incómoda ante sus dirigidos. Pero el colmo es no cobrar. Ayer, Ancelotti, que seguramente no está expuesto a ese riesgo, hizo un vehemente alegato en favor de la vieja garantía que estipulaba que siempre que se echara a un entrenador habría que liquidarle antes de inscribir a otro. Xavi y Simeone apoyaron su queja, que se hizo común en la nutrida reunión de técnicos convocada ayer. Hasta el convenio Liga-RFEF de 2019 fue así, pero se cambió. Ahora cobran, pero tras pasar por el juzgado, y tardan más.

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Fue idea de Tebas para favorecer a los clubes, que se veían condicionados a la hora de negociar con el entrenador saliente porque hasta liquidarle no podían contratar otro. El nuevo modelo tiene la virtud de trasladar al juzgado la decisión sobre la cantidad a liquidar, lo que puede parecer equilibrado y justo, pero provoca indefensión en los entrenadores. Y no sólo porque van a cobrar más tarde, sino porque de este modo es más sencillo despedirles, y se nota: hasta 126 fueron destituidos entre todas las categorías nacionales la temporada pasada. Y unos cuantos, algunos tan notables como Setién, Cervera y Machín, aún no han cobrado el finiquito.

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