Ancelotti está al cuidado
Es una cualidad humana que se valora en todos los ámbitos de la vida pero que, con cierta injusticia, se suele menospreciar en los grandes clubes de fútbol. Un sector importante de los dirigentes y de los aficionados considera que un entrenador tiene que ser autoritario, o parecerlo por lo menos, y que mostrar cariño hacia los jugadores es un signo de debilidad. Carlo Ancelotti es el ejemplo más brillante y significativo de que esta famosa autoridad no se construye con gritos, malas caras y descalificaciones, sino a base de cuidar al vestuario. Sobre todo cuando se trata de jugadores todavía jóvenes o que no gozan de muchos minutos de juego.
El fuerte y largo abrazo que Brahim Díaz dedicó a su técnico cuando le sustituyó en el minuto 74 del partido del miércoles contra el Braga lo dijo todo ya antes de que el delantero expresara con bonitas palabras lo que le debía a Carletto. Era también un buen día para ‘castigar’ a Vinicius y Rodrygo, dejándolos en el banquillo por sus últimos malos encuentros y su actitud sobre el césped a veces irritante, pero con el italiano las cosas no funcionan así. Cuidó a los tres como lo hace un padre y les regaló una excelente ocasión de redimirse, de darse una alegría (a nosotros también). Y los tres marcaron. Gestiona y distribuye el cariño con corazón e inteligencia. En esto también Ancelotti es el mejor.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.