Ancelotti, Brasil y un capote

Hay que tener muchas conchas y un currículum apabullante para torear como lo está haciendo Ancelotti todos los rumores que le colocan el próximo verano como el primer entrenador extranjero de la historia de la pentacampeona del mundo. Cuando no es el presidente de la Confederación Brasileña es su colega el rector de la Universidad de Parma el que se va de la lengua, pero cada cierto tiempo el técnico italiano tiene que responder a preguntas comprometidas sobre su futuro. Y la temporada es muy larga.

A estas alturas de la película parece evidente que Carlo no tiene nada firmado y en enero es libre, pero no hay que ser muy listo para intuir que Brasil sabe algo que nosotros desconocemos. En el Madrid filtran que Ancelotti se quedaría toda la vida, pero acaba contrato y no hay ninguna intención de renovarlo. Si en mayo cae algo gordo se lo podrían plantear, pero uno de los mejores entrenadores del mundo no va a estar hasta final de temporada esperando una llamada. Eso, por más que se empeñen desde las oficinas del Bernabéu, es inviable.

Mientras, el maestro italiano sube la ceja y se pone en el centro de la plaza para capear las preguntas con la maestría y la templanza que acostumbra, pero la policía no es tonta. De momento los resultados están acompañando y el tema está en segundo plano, pero cuando llegue una curva y un momento complicado la situación se tensará de una manera inevitable. A partir de enero el tema estará más vivo y las dos partes deberán dar un paso al frente. No sería bueno para nadie que al llegar la primavera y con los títulos en juego el futuro de Ancelotti siguiera siendo una distracción. Mejor una vez rojo que ciento colorado.

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