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Algunos secretos sobre Frenkie de Jong

Debate. Extrañamente a lo que sucede en época de fichajes, uno de los nombres del verano en el Barça no viene, se va. En mayo, Laporta decidió, después de un momento en el que el club tuvo ideas tan descabelladas como aceptar una oferta de 40 millones de euros por Gavi, que el futbolista elegido para dejar dinero en caja era Frenkie de Jong. Su casi segura venta le ha convertido en arma arrojadiza. Quienes defienden su continuidad argumentan que un equipo construido para tener el balón hace más de 30 años no puede dar pasos hacia el futuro prescindiendo de uno de los supuestos mejores centrocampistas de Europa. Añaden, además, que a Laporta le duele menos su adiós porque De Jong fue un fichaje cerrado por Bartomeu, que le ganó la carrera al City y al PSG después de un viaje relámpago a Ámsterdam del que salió con la foto ganadora. Los partidarios de la venta, pese a estar en el supuesto lado cruyffista, tienen motivos más mercantilistas y pragmáticos. Defienden que De Jong es el único jugador que puede meter en la caja del Barça 80 millones de euros pero, sobre todo, argumentan que el futbolista, 13 goles y 17 asistencias en 138 partidos de azulgrana, no ha abanderado el cambio del nuevo Barça; y ha adolecido de liderazgo y carácter. También cierto.

Interioridades. El problema con Frenkie de Jong, ahora que se va a ir, es que nadie quiere hacerse responsable de su venta, disfrazada en su alta ficha (once millones de euros netos por curso). A sus 25 años, y con algunas exhibiciones puntuales como las que se le vieron en la final de Copa ante el Athletic, o en el Bernabéu y en Nápoles, aún puede explotar. Y, sin embargo, en el club todos están más de acuerdo de lo que parece. El pasado mes de diciembre, con Xavi casi recién aterrizado, al Barça le empataron casi sobre la hora un partido en El Sadar. El entrenador tiró con bala: “No tenemos futbolistas con empaque para controlar el juego”. Fue un ataque directo a De Jong que, y este es uno de los grandes secretos que rodean a su venta, no termina de llenar a Xavi. El entrenador le reconoce su capacidad para superar líneas en conducción y sus piernas para abarcar grandes espacios, pero tiene en la cabeza centrocampistas como él, con mucho más sentido del juego de posición; y con esa inspiración para, entre líneas, filtrar el penúltimo pase, seguramente el más importante del fútbol. Esa duda futbolística sobre De Jong, barnizada con la justificación de su salario, es la que ha doblegado al holandés. El chico aún sueña con triunfar, es bastante culé. Pero la historia va a tener un final crudo.