Alcaraz y Ayuso, en el mes del futuro
El mes de septiembre que camina hacia su final ha deparado fuertes emociones para el deporte español. Las Selecciones de baloncesto y waterpolo han participado activamente en el botín, con una aportación de los jóvenes valores que asegura la transición en dos disciplinas acostumbradas a pelear en la cumbre. Las edades de jugadores como Unai Aguirre, Martina Terré, Elena Ruiz, Usman Garuba o Jaime Pradilla dibujan un porvenir apasionante para continuar la tradición. Más amplio y diverso si rebobinamos en el verano al pleno de medallas, ocho de ocho, de las categorías de formación del basket. O a las campeonas del mundo de fútbol Sub-20, casi las mismas que levantaron el trofeo europeo Sub-19. O el doble oro continental de balonmano de los Hispanos júniors y juveniles.
Al margen del rápido repaso a estos deportes olímpicos por equipos, quiero pararme en una fecha concreta de septiembre, en dos nombres propios que devoraron récords de precocidad el día 11. Aquel domingo, Juan Ayuso se subió al tercer peldaño de La Vuelta en su debut en una grande. Desde Henri Cornet en la segunda edición del Tour, allá por 1904, en la prehistoria del ciclismo, nadie tan joven se había aupado al podio. Ayuso nació en 2002, acaba de cumplir 20 años. Unas horas después, en Nueva York, Carlos Alcaraz aglutinó dos gestas de una tacada: ganó el US Open, su primer título de Grand Slam, y se coronó como nuevo número uno mundial, para convertirse en el tenista más joven de la historia que se sienta en ese trono. Alcaraz nació en 2003, tiene 19 años. Tanto en el ciclismo como en el tenis hemos escuchado el debate sobre la sucesión en España, en el caso de la raqueta con Rafa Nadal aún competitivo. Estas dos perlas, y ese simbólico día, nos ayudan a combatir el vértigo del mañana en estos dos deportes clásicos. Hay recambio. Ya está aquí.