Alcaraz decanta el nuevo clásico
Con Roger Federer retirado, Rafa Nadal de camino y Novak Djokovic en caída libre, el tenis mundial busca nuevos reyes y nuevas rivalidades. El cambio de guardia definitivo. Hace tiempo que rastrea sucesores por el circuito, donde ya habían asomado algunos candidatos sin terminar de asentarse, como Daniil Medvedev, pero solo en el último año se han consolidado las dos figuras, más jóvenes, que aspiran a marcar una nueva época prodigiosa. Ya lo hacen. Carlos Alcaraz, de 21 años, y Jannik Sinner, de 22, proyectan a esos tronos. Son los elegidos. Los dos han ocupado el número uno del mundo. Bueno, en puridad, Sinner no lo será oficialmente hasta el lunes. Los dos saben lo que es sumar títulos de Grand Slam: el español tiene el US Open 2022 y Wimbledon 2023 en su palmarés; el italiano conquistó el último Open de Australia. Y los dos comienzan a construir una competencia con visos de convertirse en un clásico.
La semifinal de este viernes era una final anticipada, un enfrentamiento para luchar el domingo por el título de Roland Garros, y para decantar su cara a cara particular, que ahora es 5-4 a favor de Alcaraz. También era un pulso simbólico por el futuro, que ya es presente. No estamos ante un duelo de promesas. Son los nuevos dominadores. El partido resultó trepidante, como pronosticaba la igualdad entre los dos fenómenos, y no se resolvió hasta el quinto set, después de atravesar algunos capítulos dramáticos de amenazantes mermas físicas. Ganó Carlitos, aunque bien pudo ser Jannik. El tenis surfea sobre estas irregulares olas. El español jugará así su tercera final de Grand Slam, en tres superficies diferentes: dura, hierba y… tierra. Nadie encadenó nunca una serie tan variopinta a su edad. Una prueba de que estamos ante un genio. Bueno, realmente ante dos, pero solo podía ganar uno. Y ese fue Alcaraz.