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A Dembélé se le esperó; a Ansu Fati, no

Me gustaría que esta Nations League sirviera para represtigiar a Ansu Fati. Ya sé que es difícil, empezando porque entró en la lista de rebote, por lesión de Nico Williams, y siguiendo por las dificultades de la empresa para esta Selección tan tierna, tan sin cuajar. Pero me gustaría porque me sabe mal verle en la lista de traspasables del Barça y me daría lástima verle salir de allí tan joven, víctima de un desacierto médico continuado. Sus primeras apariciones en el gran fútbol, todavía con dieciséis años, hablaban del proyecto de un gran jugador, con regate, talento para asociarse y una impresionante facilidad para el gol. Apuntaba a fenómeno.

Xavi le ha perdido la fe, es evidente. Es probable que sepa algo más de lo que el resto sabemos, me refiero a la cuestión médica. Y el club necesita dinero y el que pueda ingresar por él, que no sé si será tanto en la actual circunstancia, será limpio, porque sale de la cantera, no hay amortización pendiente. No es el mismo caso, por ejemplo, que Ferran Torres, del que queda mucho por amortizar. Pero yo aún tengo fresco el recuerdo de aquel inicio deslumbrante y me ilusioné con sus tres goles en las dos últimas jornadas, en acciones en las que me pareció ver de nuevo la frescura de sus primeros partidos. Por eso estaré atento a él en la Nations League.

Todos hemos visto jugadores muy jóvenes regresar de un bajón prematuro. Rashford es un buen ejemplo de ello, aunque hay muchos más. En el caso de Ansu Fati, no le hemos visto ni tres partidos consecutivos como titular. Ha intervenido en 33 encuentros en este curso, pero casi todo han sido pizcas, a pesar de lo cual ha sido, con 10 tantos, el segundo goleador del equipo. A Dembélé se le esperó mucho, llegó el momento en que sólo Xavi creía en él, y finalmente mereció la pena, porque es un jugador especial que hace lo que nadie más podría hacer. Me apena que con Ansu Fati no haya la misma paciencia y aplaudo su empeño en quedarse. Ojalá lo consiga.