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Mbappé planta al Madrid en el altar

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Kylian Mbappé plantó al Madrid en el altar, al menos de momento. Hay muchas formas de verlo. Una es la portada de este periódico: “Él se lo pierde”. Pero seguro que no es la única. Durante dos años, el Madrid ha vivido pendiente del fichaje de Mbappé. Primero, con una oferta descomunal el verano pasado, cuando solo le quedaba un año de contrato y, según todos los que rodeaban la planta noble blanca, ya estaba apalabrado. Y luego, con el cortejo final del último curso, en el que desde el Bernabéu también se han ido emitiendo continuos inputs positivos. Por si faltaba algo, llegó el día de la apoteósica remontada. El viejo Madrid de las primeras seis Copas de Europa y el nuevo de las siete siguientes Champions, remontando de manera salvaje. Puro Madrid, el mejor escaparate posible para terminar de convencer al jugador de que su sitio estaba allí. No había más ingredientes posibles, pero el Madrid no lo ha conseguido. Mbappé renueva hasta 2025. Una decepción importante.

Los periodistas estamos para hacernos preguntas, y la explicación de que el dinero lo ha sido todo en este culebrón de dos años resulta demasiado simple. Que el PSG es un club-estado dopado a nivel financiero no es de hoy. En Barcelona, por ejemplo, lo saben bien. Fueron tres veces en tres años distintos a por Thiago Silva, Marquinhos y Verratti, que además eran jugadores con contrato, más complejos por tanto sus casos que el de Mbappé. Bartomeu se volvió de vacío y con Neymar fugándose dejando una bolsa de 222 millones de euros en la sede de LaLiga. Seguro que el Madrid contaba con el orgullo de los propietarios qataríes, aunque igual se le fue la mano con la maquinaria publicitaria que anunciaba su llegada. Pero de lo que no ha sido capaz es de seducir lo suficiente al jugador para que pesasen más otros intangibles. Mbappé, dicen en París, quiere preparar el Mundial tranquilo y en su tierra, porque no habría que olvidar que es de Bondy, corazón del extrarradio de la capital. Y quiere ganar la primera Champions de la historia para la ciudad. Y está interesado en participar en los Juegos de 2024, los de su tierra. La próxima temporada, por cierto, Haaland y Mbappé jugarán en dos clubes-estado, pero Erling lo hará en el equipo en el que se retiró su padre Alf-Inge. Y Kylian, en el club de su tierra. Tal vez, el PSG no era el único que estaba pensando solo en dinero cuando ofertaba a Mbappé Su decisión ha sido quedarse. Tal vez, y como pasó con Griezmann, se desdice en un año.