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El día después, recién levantados, frotándonos los ojos aún durante el desayuno, hablábamos del partido con la duda de si lo que habíamos vivido la noche anterior había sido real. Y pase lo que pase en la final de París, seguiremos recordando esta serie de eliminatorias de la Copa de Europa en 2022 con la misma neblina onírica (aunque entonces ayudaban el tabaco y las bengalas) de las veladas continentales del Bernabéu en los 70 y 80.

Una remontada en el fútbol es la mejor forma de explicar que todo es posible. Y lo bueno, al margen de la inigualable leyenda madridista, es que todos lo hemos podido vivir alguna vez con nuestro equipo. Sea a favor o en contra –los antimadridistas también lo vivieron intensamente– las remontadas permiten el carpe diem con tanta fuerza que solo pueden suceder de cuando en cuando. Lo que cientos de terapias, libros de autoayuda, charlas TED y comedias francesas con millones de espectadores llevan tiempo tratando de forzar con el estado de ánimo, sucede aquí en apenas segundos. Trataba de explicar a mi hijo mayor tras la remontada del Real Madrid contra el City que nunca se está más cerca de marcar gol que justo después de meter uno. Ese es el momento que abre la espita y deja fluir el milagro. Los partidos pueden revolucionarse también por un cambio, por una expulsión, por un penalti fallado o por el ruido de un chupinazo en la chapa de los anuncios tras la portería en los 90 minuti de Juanito, pero solo un gol te acerca tantísimo a otro gol. La búsqueda de esos instantes justifica una vida.

Como un resorte, la lectura de Hijos del fútbol, el libro en el que Galder Reguera explica la vida a través del fútbol junto a sus hijos me ha permitido sentir mi remontada. Volver a leer estas páginas de pasión y goles de cariño me ha ayudado a reconsiderar el lugar que ocupa el fútbol en mi vida. Yo pensaba que siempre había querido ser futbolista. Incluso hubo días que lo logré. Pero lo que he ido descubriendo, entre goles, películas, libros y amigos, es que no solo quería ser futbolista. En realidad quería ser fútbol. Sólo después de esta remontada sé que vuelvo a estar en el buen camino.