Admiren al Madrid
Ni se pueden contabilizar ya las crónicas tiradas a la basura que ha provocado el Madrid. Su éxito en esta Champions no atiende a razones, no es terrenal. Cuando tenía el partido en sus manos se le escapaba siempre por medio control, cuando el partido era del City protagonizó otra remontada maravillosamente absurda. Se lo debe a Mendy, Courtois, Rodrygo, Camavinga... y a una fe inquebrantable. El bloque de Ancelotti estuvo mucho mejor que en el Etihad pese a nunca poder controlar a nivel posicional a De Bruyne y a Bernardo Silva. Pero arregló mejor su presión, transitó con peligro y se aproximó con insistencia a la portería de Ederson. No le acompañó esta vez la finura de Benzema y Walker neutralizó a Vinicius. Al Madrid se le fueron buenas oportunidades y el City se aposentó a través de Bernardo Silva.
De esta forma, el equipo de Guardiola golpeó primero y se acercó a golpear más veces. Lo tuvo Grealish, lo evitaron Mendy y Courtois. Entonces el encuentro entró en otra esfera que solo existe cuando el Madrid está por medio. Emocionalmente no hay equipo de esta entidad. No importó que Ancelotti sacrificara el juego por el martilleo. Da igual que no estuviera Modric, había otros. De verse eliminado a en un plumazo levantar el vuelo con el arrojo singular de Rodrygo. Claramente es un jugador especial. Dos centros al área mal defendidos por el bloque de Guardiola forzaron una prórroga que ganaron Courtois, Camavinga, Benzema y hasta Vallejo. Fue otro acto de locura, casi irresponsable, que deja poco espacio para el análisis. A este Madrid hay que intentar de dejarle de explicar por los parámetros lógicos que miden al resto de equipos. Solo hay que admirarlo. Lo que consigue no es humano.
Invasor del área
Creer por encima de todo. Rodrygo se lanza al área con la determinación que se necesita y Rúben Dias pierde su vigilancia en la continuación. El brasileño tiene el sentido de los elegidos en la zona de finalización.