Endavant Llaneza, Endavant
El bicho me ha cambiado el paso en los últimos días y mi acreditación para el partido de La Cerámica se quedó huérfana en la mesa de Carlos. La sensación de lamento por no poder acudir me acompañó toda la tarde, porque había presenciado todo el camino del Villarreal en esta Champions (Atalanta, Young Boys, United, Juventus y Bayern) y presagiaba que Emery tenía preparado un meticuloso plan para poner contra las cuerdas al todopoderoso Liverpool. Y así fue. Se pueden imaginar como mi rabia por no estar donde se escribe la historia fue a más cuando cayeron los goles de Dia y Coquelin, con la excelsa participación en ambos de Capoué (¡Qué jugador!). El Villarreal estaba a un gol de la final de París y ni tan siquiera había tenido que lamentarse del penalti no señalado a Lo Celso.
El Liverpool hizo de Liverpool tras el descanso y los de Klopp se clasificaron sin que nadie ponga un pero. Ellos fueron mejores en tres cuartas partes de la eliminatoria. Aun así, pese a los goles de Fabinho, Díaz y Mané, el arrepentimiento por no estar en Vila-real me acompañó en el post-partido, porque me hubiera gustado poder felicitar en persona a Roig padre e hijo, a Unai y sus jugadores, a Hernán y su equipo, a Javi Mata y su cuadrilla. Su Villarreal soñó porque compitió. A todos ellos y a Llaneza. Sobre todo a José Manuel. Endavant.