Jugar como si lo fueras a perder todo

“Si te cansas de todo lo que tienes, imagínate que lo has perdido todo” Hoy recordé está frase del libro “Departamento de especulaciones”, de Jenny Offil mientas pensaba en la semifinal entre el Manchester City y el Real Madrid. El entrenador que enmarque esta ocurrencia y la cuelgue en una pared del vestuario estaría haciendo una magnífica inversión, pensé. Si esto no le pone los pies en el suelo a cualquier futbolista no sé qué lo hará. ¡Si es como un ‘This is Anfield’ vitaminado”. La sentencia me vino a la memoria mientras escuchaba a Pep Guardiola articular en rueda de prensa un discurso bastante lánguido en torno a la presión que acompaña al City desde hace doce años. Desde que el dinero árabe transformara el club por completo hace doce años. La pregunta es recurrente: ¿Cuándo os dignaréis a ganar la Champions ahora que sois asquerosamente ricos?

Guardiola, como siempre, se ha afanado en esta previa en jugar el papel de humilde y echar balones fuera. Por ejemplo, dedicó buena parte de su intervención de ayer a hablar de procesos y aprendizaje. Como si esta semi fuese un campus de verano. A glosar cuánto tienen que aprender sus chicos de unos campeones como el Madrid, sin importar lo lujosas que sean las innumerables piezas que tiene a su alcance. “Estar dos veces consecutivas en las semifinales es un éxito para el City. Por eso, les he dicho a los jugadores que disfruten. Nunca se sabe si se va a volver a este nivel”, explicó Guardiola. Si fuese aficionado del City me preocuparía que mis jugadores saliesen al campo con unos niveles tan escasos de pundonor como los que mostró ayer su entrenador. Mucho más contra un tiburón como el Madrid.

En el lado opuesto, Carlo Ancelotti no se esforzó demasiado en regatear las preguntas sobre la presión que recae sobre los suyos en esta semifinal. Le avala el histórico. Esos toros está acostumbrado a recibirlos a portagayola. A diferencia de lo que sucede en Mánchester o en París, el Madrid no se paraliza ante la presión de ganar una Champions. Al contrario, sus jugadores se encienden. Lo puedes notar en cada frase que pronuncian antes de los partidos y en cada taco que vuela en el campo cuando toca apretar los dientes. Efectivamente, el Madrid lo tiene todo, pero gana porque juega como si estuviera a punto de perderlo.