Presunto inocente en la vida real, con el VAR culpable

Es solo fútbol, la más importante de las cosas menos importantes, pero trasladen lo ocurrido en el Wanda Metropolitano a la vida real. Ni el policía que ronda la escena del presunto crimen detecta delito alguno hasta que lo jalean los transeúntes y la acusación. Y tampoco los inspectores encargados de analizar frame a frame los vídeos acaban de verlo claro, por eso devuelven la patata caliente al primer agente, rodeado de miles de testigos que son parte interesada. Pues así, entre Figueroa Vázquez, el VAR, el Atlético de Madrid y la grada, declararon culpable a Raúl de Tomás, y por extensión al Espanyol, en el penalti que decidió la victoria rojiblanca. Porque no se vio en directo, ninguna repetición era concluyente y sin embargo, sin ser manifiesto, se pitó. Y decidió un partido. En el minuto 99. Otra vez como en la primera vuelta.

Quedó reservada la valentía para el plan de Vicente Moreno, paradójicamente más osado cuanto más conservador, con una defensa de cinco que solo se había visto un rato en el Camp Nou, y permeable a cada momento del partido, con una encomiable reacción al gol de Carrasco y un tramo final con peloteros. Y siempre con Darder. Y con el gol de RdT, en su primera visita al Wanda, un rato antes de que se vulnerara su presunción de inocencia.