La bestia está agonizando

Aquellos que siguen la Bundesliga asiduamente sabían que se le podía meter mano al Bayern de Nagelsmann. Lo pusieron a prueba equipos tan modestos como el Bochum o el Hoffenheim, pero fue el Villarreal de Emery el que destapó con crueldad las carencias que tuvo y sigue teniendo el Bayern post Flick. Los de Emery fueron mejores en todo. En fútbol, en personalidad y, sobre todo, en defensa. ¡Cuánto daño le hicieron al campeón alemán las marchas de Alaba y Boateng en una zaga que para nada respalda una apuesta tan ofensiva y, a la vez, arriesgada como la desea Nagelsmann.

La cara del míster de los muniqueses era un poema. Y no fue para menos. A sabiendas de que heredaba un equipo que funcionaba a las mil maravillas gracias a la labor de su antecesor, el hoy seleccionador alemán Flick, Nagelsmann quiso imponer su sello a la fuerza y en La Cerámica se vio que se equivocó. No domina su Bayern. No acosa. Y sufre lo insufrible atrás. Lo que ocurre es que en una Bundesliga en la que su principal rival es el peor Dortmund de los últimos tiempos sigue ganando. En Champions y contra un equipo que sí quiere (y sabe) jugar al fútbol como el Villarreal sí se nota del pie que cojea. La bestia está agonizando en Champions. Y el señalado es Nagelsmann.