Lo dijo Lo Celso, Emery tenía un plan y los suyos lo bordaron

Unai Emery es un entrenador de los punteros de Europa y en noches como las de la Champions lo demuestra. El Villarreal había dejado ya por el camino a Atalanta, Young Boys, Manchester United, Juventus y ahora le tocaba bailar con el Bayern Múnich, campeón de Alemania, referente de la aristocracia de la vieja Europa y siempre aspirante a llevarse la orejona. Lo que pase en una semana en Múnich ya se verá, pero anoche en La Cerámica lo que se vio es a un Villarreal que de cenicienta tiene la localidad que le da nombre y hoy en día poco más. Lo Celso había dicho en una entrevista en AS que “Unai tiene un plan y debemos seguirlo” y ahí tienen el resultado de la comunión entre emisor (entrenador) y receptor (vestuario).

Fernando Roig, que lleva 25 años cosechando y quien siembra, recoge, fichó entrenador y futbolistas de primer nivel y entre todos ellos maniataron durante la primera mitad a los Lewandowski, Müller, y compañía. En los restantes minutos no solo aguantaron sus embestidas, sino que tuvieron ocasiones para irse a Alemania con mayor renta que la del gol de Danjuma. Lástima esa uña de más que anuló por fuera de juego el gol de Coquelin. O ese palo que evitó un golazo de Gerard. O su remate desde el centro del campo tras pifia de Neuer que se marchó fuera por poco. Ójala no haya que acordarse de nada de ello en el Allianz. El Villarreal, de momento, demostró con creces que “sí se puede” y, sobre todo, que sabe cómo hacerlo.