El Bayern, un rodillo con un talón de Aquiles

El Bayern de Múnich suena a lo que es. Un rodillo. Es capaz de meter 8 al Barcelona o 7 al Salzburgo, último rival del hexacampeón en Champions antes de ser emparejado con el Villarreal. Pero tal y como ocurre con todo gigante, el de Baviera también esconde un talón de Aquiles que quedó al descubierto en numerosas ocasiones a lo largo de esta temporada. Tan empeñado en acumular efectivos arriba para atacar y no parar de atacar, suele partirse en dos cuando el rival roba en zona de construcción o es capaz de superar las primeras líneas de su asfixiante presión. Ahí está el partido del Villarreal. Provocar pérdidas y hacer que corran Danjuma y Yeremy para poner a prueba una defensa que no es la misma desde las marchas de Alaba y Boateng.

Llama también la atención la cantidad de derrotas del campeón alemán ante rivales a priori inferiores como puede parecer el Submarino. Se le atragantaron en Bundesliga partidos ante un recién ascendido como el Bochum (4-2), el Augsburgo (2-1) o el Hoffenheim (1-1). De la Pokal lo elimina el Gladbach con una manita en segunda ronda. Todas esas derrotas tuvieron un denominador común: cada uno de ellos incomodó al Goliat alemán tanto en la construcción hasta provocar un error y salir como balas por los costados. El David castellonense tiene una piedra. Solo tiene que apuntar bien y podrá tumbar al coloso.