Ancelotti da una lección a Bale
En los últimos días he asistido con perplejidad a una corriente de opinión generada entre núcleos madridistas, según la cuál había que cargarse a Ancelotti por el 0-4 del Clásico y fichar ya a Xabi Alonso, entrenador emergente del filial de la Real Sociedad. Me chocó porque muchos de esos detractores de Carletto defendían al italiano tras la emotiva remontada con el PSG y aplaudieron en verano el regreso del estratega de Reggiolo. Ya sé que Carlo pisó una cáscara de plátano ante el Barça y tuvo un mal día en la oficina, pero es el mismo técnico que tumbó a los culés en el Camp Nou con suficiencia, el que ganó al Inter en sus dos duelos europeos, el que desactivó al Atleti del Cholo en el derbi de Chamartín, el que ganó a un bravo Athletic en San Mamés pese a llegar con 11 bajas... Un magnífico entrenador al que venera el vestuario y que tiene el respeto de gran parte de la afición madridista.
Además, se ha demostrado que con Gareth Bale tenía toda la razón para no darle más minutos. El galés se ha delatado él solo. Se negó a jugar el Clásico pese a que su equipo lo necesitaba por la baja de Benzema ("molestias de espalda", alegó el club) y tres días después tiene la desfachatez de decir en Cardiff que "estoy en muy buena forma, listo para jugar". Eso se llama reírse del Madrid, que le paga generosamente. Deja al equipo tirado ante el Barça para poder jugar patrióticamente con Gales. Si yo fuese el club lo tendría muy claro. No le dejaría volver a Madrid, le suspendería de empleo y sueldo y le exigiría una comparecencia de Prensa para que se disculpase ante el Bernabéu, que por cierto no le ve el pelo (o el moño) desde hace dos años...