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Decía Imanol Alguacil en la previa que la lesión de Mikel Oyarzabal es una más dentro de la plantilla. Entiendo su discurso, lo comprendo y lo comparto. Tenemos que entenderlo así para no hacer de menos a esos otros jugadores que llevan toda la temporada sin poder aparecer por los terrenos de juego por culpa de las lesiones, o esos otros (qué también los hay) que también se van a perder el final de esta temporada apasionante de la Real Sociedad. Otra más en los últimos años. A veces no nos damos cuenta del valor que tiene lo que está haciendo esta plantilla en un club como el txuri-urdin. Es legítimo pedir más, obligatorio diría yo; pero sin perder nunca la perspectiva y el contexto de las cosas. Pero nos dispersemos, que soy mucho de eso. Volvamos a Mikel Oyarzabal y su grave lesión, que nos ha encogido el corazón esta semana a todos los que amamos este deporte.

Si debemos contextualizar la lesión de Mikel en la Real, es necesario acordarse en ese momento de Carlos Fernández, Nacho Monreal y Ander Barrenetxea. Esos jugadores que no han podido disfrutar de la temporada por diferentes problemas. El sevillano, de hecho, sufrió en agosto del año pasado la misma lesión que Oyarzabal. Y si quieren que les diga la verdad, en aquel momento sentí la misma sensación desagradable y de pena que cuando conocimos la triste noticia con Oyarzabal. Me suele pasar. Me pongo en el lugar del jugador y lo paso mal. Quizá empatizo demasiado. Esta misma semana una joven promesa del Bidasoa-Irun, el vitoriano Martin Santano, ha sufrido otra rotura de ligamento cruzado anterior de su rodilla. Y también me quedé con muy mal cuerpo. Son lesiones que duelen porque dejan en fuera de juego a los jugadores durante mucho tiempo. Pero es el mismo Mikel Oyarzabal el que no quiere tener un trato diferente. Considera que su lesión es una más, como las del resto de sus compañeros, porque su baja es tan importante como la de cualquier otro futbolista de la plantilla. Le honra, por supuesto. Igual que es lógico lo que dijo su entrenador.

Pero aunque numéricamente sea simplemente una lesión más, hay que reconocer que Mikel Oyarzabal no es un lesionado más. Por lo que representa deportivamente para el equipo txuri-urdin, y por lo que representa para la entidad más allá de lo deportivo. Mikel es el futbolista referencia del proyecto, es su buque insignia y es indudablemente su jugador franquicia. Representa lo que todos deseamos que sea un jugador salido de Zubieta, y es un espejo en el que mirarse para todos esos chavales que se forman en la cantera de la Real. Está alcanzando las cotas más altas en el fútbol mundial estando en la Real, lanzando un mensaje precioso: se puede triunfar sin salir de casa. Y es una leyenda. Por sus números, y por su gol en la final de Copa de La Cartuja. Y luego está la persona. Mikel es tan bueno que no encontraron compañero de profesión que hable mal de él. Ni aficionados. Con sus gestos, con su forma de ser se hace querer y respeta. Solo deseas que se recupere pronto y que pueda cumplir su sueño de jugar el Mundial de Qatar. Porque es que se lo merece.

Por todo eso, Mikel no puede ser un lesionado más. Es una baja más, pero su lesión es un bajón anímico para toda la familia txuri-Urdin tremendo. Ahora sólo esperamos aid no haga mucho daño. Que su impacto no sea muy acusado. Hasta ahora no se ha perdido cuando no ha estado el eibarrés, por otras lesiones menores. Pero eso se empezará a evaluar en el Sánchez Pizjuán, donde ya se le echará de menos una barbaridad. Partido para valientes. Partido para Mikel. Pero Mikel no estará. Y ahora toca rendirle homenaje, acordarse de él. Pero eso no se hace saliendo en Sevilla con una camiseta con el típico mensajito. A ver, eso estará muy bien, claro. Un buen detalle, casi obligado. Pero el verdadero homenaje que le pueden hacer sus compañeros es saliendo a morder al Sevilla y ganar el partido, por muy difícil que sea. Eso sí que será un bun en homenaje. Y dar un golpe encima de la mesa para volver a Europa, para que Mikel tenga el aliciente de volver cuanto antes para seguir viajando por el continente con su Real. Ese debe ser el reto y el objetivo. Por Mikel. Porque ya le estamos echando de menos.