Aquí Canaletas
Ser del Barça a 1000 kilómetros de Barcelona a mediados de los 70 tenía sus inconvenientes. El principal era que la prensa culé solía llegar a Pontevedra en tren con 24 horas de retraso (48 si encontraba nieve en el Padornelo), que lo mismo esperabas solazarte releyendo una victoria en la Recopa y en la radio te enterabas por Fernández Abajo que habíamos vuelto a palmar en Liga. Ser del Madrid era más aburrido, ganaba siempre con puntualidad británica. Por eso soy del Barça. Nada más seductor que la sorpresa de la victoria ante la certidumbre de la derrota.
Así fue cómo me aficioné a una sección del As, Aquí Canaletas, que cada día salpimentaba el monocultivo informativo merengue. Allí se hacían habitualmente cábalas para llegar con opciones a la última jornada, que me río yo de Tomás Roncero y su cofradía del clavo ardiendo. Como hoy aún no ha contabilizado puntos el Madrid (juega esta noche) y el Barça ha goleado al Osasuna, resulta que ya estamos a solo 12 puntos, que serán 9 si ganamos el partido aplazado. Si además descontamos la victoria del clásico del próximo finde ya estamos a seis antes siquiera de llegar a la Semana Santa.
Claro que el problema es volver a conectar la radio esta noche, enterarte que el Madrid ha vuelto a ganar, y asumir que el clavo ardiendo nos espera este jueves colgado en una portería de Estambul.