No terminamos de tomar en serio al PSG

Pasan los años (y los millones) y el PSG no consigue asustarnos del todo. Le hemos visto demasiados patinazos en la Champions como para que, a pesar de sus nombres coruscantes, se le reciba en el Bernabéu como tantas veces al Bayern, o antes al Milán, o siempre al Barça y al Atlético. Hay algo de artificial, de decorado, en este equipo sin tradición que un año y otro rebota en su anhelo de subir a la cima europea. En el llenazo de esta noche (70 la más barata y 410 la más cara, ojo) hay algo que evoca aquella euforia anticipada de las remontadas de La Quinta en la Copa de la UEFA. A más goles encajados en la ida, más diversión asegurada.

Esta vez sólo es uno, el resto de montaña a escalar lo ponen los nombres de sus tres fabulosos delanteros. El PSG impresiona desde la foto, otra cosa es que luego tenga orden y sacrificio para rentabilizar tanto lujo. Son tres descolgados arriba, desentendidos de lo que pasa detrás. Muchas maravillas tienen que hacer para que compense. Con Di María por Neymar el equipo tiene más cuerpo, pero ¿cómo dejar fuera a Neymar en una noche así? Y por otro lado descarto que no juegue Mbappé. Algo de merma tendrá, porque la infiltración quita tacto al pie, pero es el gran jugador del momento, ya se vio en la ida. Y en cada partido.

Otra cosa es el Madrid que veamos. Su sistema defensivo estará zurcido con remiendos, veremos cómo anda Kroos… A favor está la inercia del partido ante la Real, ese ensayo que el equipo jugó con una excitación positiva que le puso a punto para lo de esta noche. El partido de París fue un desastre por parte del Madrid, pero volvió con un daño mínimo, más en estos tiempos en que el gol fuera ya no tiene valor preferente. Y el Bernabéu empujará una barbaridad con ese viento que llega desde el fondo de la historia. A pesar de las apuestas, que apuntan a un PSG clasificado, no dejo de pensar que esta noche habrá un gentío en Cibeles.