Cerró el Atlético una semana que le acerca a la recuperación de sus señas de identidad. Como si de una continuación de los partidos de Pamplona y Champions se tratara, los rojiblancos de nuevo jugaron ante el Celta un encuentro serio, donde predominaron las ganancias de duelos y el equipo compensado. Después, a nivel individual, los actores que parecían secundarios le dieron la razón al Cholo en que acertó en su ejercicio de meritocracia repitiendo la alineación que empezó ante el Manchester.

Sobremanera destacó de nuevo la buena complementación de Kondogbia en presión y robo y de Herrera en la creación. El mexicano, que da la sensación de ser más diésel que de queroseno, dio un clinic de cómo darle fluidez al juego en pocos pases, importantísima su aportación en estos tres partidos que han acercado al equipo al sitio de donde viene, el del equilibrio, la pasión y la fiabilidad.

Esos tres conceptos seguro que vienen en el pasaporte de Reinildo. El mozambiqueño ha tardado muy poco en demostrar el acierto de su fichaje, sus titularidades tan rápidas ya lo presagiaban. Verlo ganar duelos por arriba y llegar en las ayudas a banda con esa intensidad simplemente han sido la confirmación de que nació para defender. Y para darle libertad a su carrilero, que en este caso está siendo un Lodi desatado, exhibiendo unos controles y una profundidad a la altura de la selección brasileña. Semana fantástica que acerca a los rojiblancos a volver a ser un equipo Choliano.