Un histórico número uno

El ataque militar de Rusia a Ucrania, con todas sus consecuencias, entre ellas también las deportivas, eclipsó el jueves una importante noticia en este mundillo, incluso en el país de origen de uno de sus principales protagonistas. Novak Djokovic perdió ante Jiri Vesely en cuartos de final del ATP 500 de Dubái, y su derrota catapultará el próximo lunes a Daniil Medvedev como nuevo número uno del tenis. Medvedev es ruso, el tercero de su nacionalidad que se encumbra en la ATP tras Yevgueni Káfelnikov y Marat Safin, por lo que vivió la jornada con una extraña mezcla de emociones. Desde la perspectiva estricta del deporte, Daniil se ha convertido en el 27º jugador que lidera el escalafón desde su creación en agosto de 1973. Pero lo más relevante es que desde febrero de 2004, hace ya 18 años, o 6.602 días, cuando Roger Federer desbancó a Andy Roddick, nadie fuera de lo que llegó a denominarse Big Four había logrado acceder al liderazgo. El suizo se repartió los honores con Djokovic, Rafa Nadal y, en menor medida, Andy Murray, el único que fue capaz de destronar al Big Three.

El éxito de Medvedev tiene esa carga deportiva histórica, porque en teoría abre una nueva era en el tenis, la que consolida a la NextGen al frente del circuito. Eso sí, con los viejos mosqueteros todavía activos, como demostró Nadal en el Open de Australia. Es cierto que el asalto de Medvedev se ha precipitado por el escándalo de Djokovic en Melbourne, que le impidió defender su título en el primer Grand Slam, y que le ha tenido 80 días inactivo antes de reaparecer en Dubái. “Necesito ritmo de partidos”, confirmó Nole tras su derrota. Pero ese va a seguir siendo uno de sus grandes problemas si no se vacuna, porque, como dijo en las vísperas del torneo, esta temporada no va a poder jugar donde él quiera, sino donde le dejen. Y así será difícil, muy difícil, recuperar el ritmo… y el número uno.