Saber ganar sin tener a Maradona
Sobre saber perder, los hinchas del Nápoles podrían escribir una novela grande al menos el triple de la de David Trueba. La cantidad de decepciones que han vivido desde 1926 es inmensa. Han rozado el cielo muchas veces y consiguieron tocarlo solo cuando Maradona decidió que Fuorigrotta sería su jardín. El de esta noche será su partido, en el campo que ya lleva su nombre, entre el equipo que le llevó a Europa y el que le cambió la vida. Eliminar al Barça sería el homenaje perfecto, y no solo por el gusto inevitable que te da tumbar a un gigante.
Si el Nápoles gana, será uno de los favoritos principales para llevarse el trofeo que el Pelusa levantó en 1989. El Barça está creciendo, ha mejorado mucho, pero sigue siendo un rival que este Nápoles, en una de sus mejores noches, puede batir. Si lo hace, volverá a sentirse un grande de Europa y aprenderá que ganar algo importante es posible también sin Maradona. Es el deseo de Luciano Spalletti, que ayer arengó a jugadores y tifosi en sala de prensa hablando de soldados, de Dios, de lucha, de sueños, y del Diego. El entrenador dijo que el argentino, allá donde ande, estará del lado azzurro. Me costaría muchísimo imaginar lo contrario.