El líder de un grupo puede ejercer su liderazgo de múltiples formas. Puede ser autoritario e imponer su criterio sin persuadir. Puede ser dialogante y empático y transmitir sus órdenes con diálogo y persuasión a los miembros de su equipo. Puede delegar y contar con un grupo de miembros del equipo que trasmitan sus instrucciones sin que él tenga que dirigirse al resto, evitando desgastarse en el cuerpo a cuerpo. O puede mezclar todas las formas anteriores de mandar, y otras diferentes que existen, en función de las situaciones y las necesidades. Además, un buen líder, el que saca rendimiento y hace que se cumplan las metas fijadas, sabe detectar, utilizar y retener el talento con el que cuenta en su equipo. Y sabe utilizar ese talento y no lo menosprecia porque le pueda hacer sombra o superarle al tener más carisma y conocimiento. Los mejores te hacen mejor. Porque nadie, ni el líder, debe estar por encima del equipo. Y el líder no puede temer ni envidiar a la gente de su equipo. Hacerlo denota poca confianza en uno mismo y es sinónimo de mediocridad. Al contrario, debe potenciar ese talento por el bien del equipo.

Simeone aparenta de puertas hacia fuera ser un líder distinto del que es ante su grupo. El Cholo ha fundamentado su extraordinario liderazgo, y el logro continuo de los objetivos marcados, en contar con un núcleo duro del vestuario que ha transmitido sus ideas y lo que pretende del equipo y de cada jugador en cada momento. Aquel grupo formado por los Gabi, Godín, Filipe, Tiago, Raúl García o Juanfran no tuvo el recambio deseado y ahora falta esa correa de trasmisión necesaria para su forma de liderar. Y a su vez, Simeone no está utilizando bien el talento con el que cuenta en su plantilla de forma adecuada y ese es uno de los motivos de la crisis de juego y de resultados que atraviesa el equipo colchonero. Si el Cholo usa y gestiona bien el talento que tiene a su cargo, empezando esta noche ante el Manchester United, puede ganar esta Champions. Y cumplir el objetivo en LaLiga Santander de acabar entre los cuatro primeros. Si utiliza, respeta y potencia el talento de los João Félix, Correa y compañía, el Atleti puede ganar a cualquiera. Seguro.